Pocas quinielas son más seguras que las de Padis. Acierto seguro. En el terreno de juego, 3-1 para los veteranos del Fuentes. Acierto futbolístico. Los del Betis acabaron pidiendo al árbitro que pitara el final. Por la goleada y porque les estaba llegando al terreno de juego el olorcillo de las paellas que José Antonio, Rosarito y Matías preparaban en el vestuario. Acierto seguro en la barra, con más manos pidiendo cervezas que camareros sirviéndolas. ¡Esa paella! Y Millán, con las venas del pescuezo tensas, suplicando a la cocina "¡necesito más personas en las barras!". En definitiva, acierto para las arcas de Padis, que de eso se trataba en este octavo partido benéfico.

De los tres éxitos, el mejor en la barra. Sin duda alguna. Mañana de calor y aire, mientras el partido languidece y los amigos charlan mirando de reojo lo que pasa en el terreno de juego. ¿Cómo van? No sé, no estoy muy pendiente del partido. Un puñado del millar aproximado de asistentes sabe lo que se libra entre las dos porterías entre los veteranos de uno y otro equipo. La Cruz Roja ha tenido que llevarse a uno del Fuentes al hospital de Écija con un pie como el de un elefante debido a una patada. Nada grave, cosas del deporte. Que siga el partido.

En el otro terreno, el realmente importante, una treintena de deportistas corren pasillo arriba y abajo provistos de platitos de arroz, negro o amarillo. Como en el fútbol, los colores mueven pasiones. Arroz para quinientas personas, más o menos la mitad de los asistentes a esta fiesta de la solidaridad que Fuentes alienta cada primavera en apoyo de su gente más querida. La otra mitad tendrá que conformarse con pollo o solomillo en los montaditos y patatas El Cochero. Y cataratas de cerveza. Detrás de la barra y en la cocina, treinta voluntarios y voluntarias batiéndose el cobre en apoyo de los que tienen capacidades diferentes, como todo el mundo más o menos.

Al final del partido, trofeos para todos. Para los veteranos del Fuentes por ganar, para los del Betis por participar y para los de Padis por organizar. "¡En la barra me hace falta gente!" vuelve a oírse en el vestuario. El entrenador Millán incentiva a la muchachada, vamos, vamos, que este partido es nuestro. El octavo desde que empezó la liga de Padis, todos culminados con éxito de público y taquilla. ¿Y el marcador? Nadie se acuerda del marcador cuando lo importante es la solidaridad. Padis acierta cada año el quince de esta quiniela. Que siga la liga.