Han tenido que pasar trescientos años para que los alarifes Ruiz Florindo reciban el aplauso de los alcaldes de los municipios donde desarrollaron su brillante trabajo. Este viernes tendrá lugar en Fuentes la inauguración del Año Florindo, al que está previsto que asistan los alcalde de los doce municipios que albergan las obras de la saja de los maestros alarifes Ruiz Florindo. Alarifes que unen Fuentes con otros once municipios: Carmona, Osuna, La Luisiana, La Campana, Écija, Marchena, Palma del Río, Arahal, Cartaya, Algeciras y Puerto Real. A lo largo del todo el año se han venido desarrollando actos en conmemoración del nacimiento de Alonso Ruiz Florindo, que tuvo lugar en Fuentes el 25 de octubre de 1722.

El ayuntamiento firmó tiempo atrás con la Universidad Pablo Olavide un convenio de colaboración para recibir el asesoramiento científico y técnico sobre el contenido del Año Florindo. Fruto de aquel convenio, el Año Florindo ha organizado una exposición itinerante sobre el barroco fontaniego y los alarifes Ruiz Florindo, que se inauguró en la Casa de la Provincia en Sevilla. Posteriormente esta exposición recorrerá todos los municipios donde hay algún edificio atribuido a cualquier miembro de la saga Florindo, incluida Fuentes. Hace unos días hubo unas jornadas de puertas abiertas de los edificios Florindo y, al mismo tiempo, se celebraron dos jornadas sobre música y pintura en vivo.

También se ha creado un programa de conferencias sobre temas alrededor del barroco o los Ruiz Florindo a lo largo de octubre y noviembre: "Directrices para la rehabilitación de una tipología de los Ruiz Florindo"; "Mujeres, arte e Ilustración en la España del S. XVIII"; "Alonso Ruiz Florindo, el `sordo de Fuentes”; "Los Florindo y la arquitectura en tierra, una visión desde la arqueología"; "Puerto Real y Antonio Ruiz  Florindo; la conexión de los Ruiz Florindo con los Figueroa" y "Fuentes en tiempos de los Florindo".

En el mes de noviembre se celebrarán, en colaboración con la Pablo Olavide, unas jornadas sobre el barroco y su presencia en Fuentes, en las que intervendrán profesores especialistas en el barroco. Hacia el mes de abril los centros educativos celebrarán su semana cultural con dedicación a tan importantes creadores del arte barroco. Además, algunos alumnos del IES Ruiz Florindo harán unas pequeñas representaciones teatrales en las puertas de edificios emblemáticos, Iglesia, Casa de D. Cipriano, Ayuntamiento, Pósito y Escuela Hogar, entre otros.

¿Por qué un Año Florindo?

El ayuntamiento fontaniego ha declarado 2022 Año Florindo para poner en valor y dar a conocer la arquitectura barroca que impregna las calles de la villa y le da un aspecto personal frente a las ciudades y pueblos vecinos. Esta arquitectura de fachadas de ladrillo tallado fue creada por una familia de alarifes locales Ruiz Florindo. De todos los componentes de la saga se distinguió por su creatividad y personalidad el maestro Alonso Ruiz Florindo, que dotó a sus portadas de una profunda ornamentación, muy rica en formas curvas, espirales concéntricas, pinjantes y el uso del estípite como elemento decorativo por excelencia. Coincide este año con el tricentésimo aniversario de su nacimiento, 25 de octubre de 1722.

La saga comienza con Juan Ruiz Florindo, hijo de Cristóbal, natural de Palma del Río. Juan nace en Fuentes y se dedica al mismo oficio que su padre, Cristóbal, que había ejercido circunstancialmente como albañil. Es sorprendente descubrir las impresionantes obras que Juan hizo en la localidad sin poder acudir a fuentes escritas para buscar nuevos conocimientos y técnicas y figuras en las que inspirarse, ya que no sabía leer ni escribir. Entre sus obras en Fuentes destacan la Casa Carrera conocida como casa de D. Cipriano, la portada de la iglesia del convento de San José y se le atribuye también la portada de una casa en la calle Misericordia de Arahal.  
Continúa la saga de alarifes con Alonso, Cristóbal, Antonio y Juan.

Alonso, por el que se celebra el año Florindo, es el más prolífero y el más conocido de los hermanos. Tuvo formación en Sevilla y parece ser que estuvo relacionado con Pedro de Silva y Ambrosio de Figueroa. En 1750 realiza en el gremio de alarifes su examen que le acredita como maestro y le permite ejercer libremente su oficio, así como elaborar y firmar proyectos. Sus obras, de indudable valor artístico, elaboradas en ladrillo cocido, tallado y ensamblado, se extienden por Fuentes y las villas y ciudades del entorno. Está en la ampliación de la iglesia de Santa María La Blanca y reconstrucción de su torre, en la ampliación de la ermita de San Francisco, casa de Fernando de Llera, 7, casa de la calle Lora, 8, ayuntamiento, en su localidad natal; actuación en la planificación de la nueva población de La Luisiana, interviniendo en su iglesia y en la Casa de Postas; patio de la casa de los Albornoz, actualmente de los duques de Almenara Alta y casa de la calle Aguabajo, de Écija; en Arahal, en Cartaya, en La Campana y en ortos lugares inmediatos se aprecia la obra de Alonso por la perfección en el uso del ladrillo vitolado y en la profusión de un barroquismo tardío.

Cristóbal fue el oficial más cualificado de Alonso y trabajó casi siempre bajo su mandato. Eso le impidió actuar de forma independiente y anuló su personalidad artística. Antonio, por la muerte de su padre cuando sólo contaba 7 años, estuvo bajo la tutela de sus hermanos Alonso y Cristóbal, de los que aprendió el oficio y, a pesar de estar alejado de ellos en su vida profesional, nunca podrá desprenderse de la impronta artística que le proporcionó el haber trabajado en la construcción de las Casas Capitulares y en reforma de la iglesia parroquial, que le permitieron terminar su preparación profesional, aumentada en aspectos de fontanería, pues también en la villa natal intervino y a veces se hizo imprescindible en el arreglo de fuentes y sus sistemas de conducción que tenían muchos problemas.

Al poco de superar el examen de maestro albañil, comenzó a trabajar en el convento de la Merced de Osuna en cuya fachada y en su torre dejó la impronta de la familia Florindo, pero cambiando el ladrillo por piedra tallada. También, dirigió las obras de la cilla del cabildo. Tras esta obra magna se  trasladó a Puerto Real donde realizó diversas obras para la recogida y conducción del agua potable, la plaza de abastos y el cementerio, entre otras obras.

Los hijos de Alonso continuaron la saga de alarife, destacando Alonso Ruiz Florindo de Carmona, que interviene en la terminación de la obra de la iglesia parroquial, con la construcción de la portada lateral del patio del Sol, algunas obras en Palma del Río, a donde se trasladó a vivir, y de vuelta a Fuentes interviene en algunas obras del ayuntamiento local, la reconstrucción del Pósito y la carnicería de la calle Mayor y posiblemente en la construcción de la casa de la Carrera número 2, hacia el 1790.