Fue en 1977 cuando un grupo de jóvenes fontaniegos instaron al entonces párroco, Jesús Córdova Sampalo, la celebración de una romería en Fuentes de Andalucía, principalmente con el trasfondo de peregrinaciones que van ganando popularidad en pueblos cercanos. La iniciativa no prosperó.

En escasos meses -otoño de 1977- tomó posesión al frente de la parroquia un nuevo sacerdote: el presbítero Ramón Díez de la Cortina Consuegra. Los impulsores de la romería retoman el proyecto, y no sólo consiguen el beneplácito del párroco, sino que don Ramón se convierte en un aliado que trabajará con ellos en el empuje definitivo para poder establecer en Fuentes de Andalucía una romería anual como peregrinación pública de fe y religiosidad popular.

Entre los promotores estaban Juan Corzo López, Paco y Antonio Fernández de Peñaranda Pérez… La primera cuestión a resolver que se les presentó fue la advocación de la Virgen o santo a la que dedicar la romería. Entre los candidatos estuvieron San Sebastián, declinado por celebrarse su festividad en enero, fecha poca apropiada para una romería. La Virgen del Rosario, cuya imagen de un valor histórico considerable no era oportuna. La Virgen de Fátima tampoco porque ya presidía la romería de la vecina localidad de La Campana. Y la Virgen de Lourdes, entre otras.

Finalmente fue María Auxiliadora la advocación elegida, decisión sustentada principalmente en dos causas: por un lado, la de tratarse de una devoción inculcada por los salesianos durante las dos décadas que mantuvieron colegio en Fuentes y cuyos antiguos alumnos habían recuperado los cultos de triduo y procesión en los últimos años; y por otro, el de la fecha de la festividad de la Virgen, el 24 de mayo, muy idónea para la celebración de una romería a un determinado paraje natural del entorno de Fuentes.

Y la devoción llegó a Fuentes

La advocación mariana de «Auxiliadora» ya era conocida en los primeros siglos de nuestra era por las nacientes comunidades cristianas -el primero que llamó a la Virgen María con este título fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla, en el año 345 d.C. - Pero sin duda, fue San Juan Bosco y los salesianos con los que esta advocación mariana encontró la popularización y llegó hasta Fuentes de Andalucía de la mano de la «Pía Sociedad de San Francisco de Sales», nombre oficial de los Salesianos de don Bosco (SDB), la congregación religiosa católica fundada en Italia en 1859 por el sacerdote turinense cuyo carisma principal es la promoción de los jóvenes, erigiendo su primera casa en España en Utrera en 1881.

El establecimiento de esta congregación en Fuentes de Andalucía se debe, como en otros tantos casos, a los deseos caritativos de una bienhechora, ilustre fontaniega: María de los Ángeles Sevilla y Fernández de Peñaranda, que legó gran parte de su herencia a los salesianos para que se establecieran en el pueblo y se dedicaran, de esta forma, a tareas educativas con los niños más necesitados.

En los primeros años del siglo XX, María de los Ángeles Sevilla comienza a mantener contactos con diversas órdenes religiosas, con el objetivo del establecimiento en Fuentes de alguna de éstas para la instauración de un centro benéfico-docente en favor de los niños desfavorecidos del pueblo. Estos contactos se acentúan a partir de 1909 con la Inspectoría Bética de María Auxiliadora, pero son lentos los diversos trámites a cumplir que exigen los salesianos para el establecimiento.

Sin ver cumplidos sus deseos, María de los Ángeles, que había llegado a un preacuerdo con los superiores de la comunidad salesiana, fallece en 1916, a los 63 años, dejando todos sus bienes a su hermana Ana María, a quien encomienda la tarea de llevar a feliz puerto su proyecto, que habría de esperar todavía 14 años para hacerse realidad.

Por fin, en octubre de 1929, meses antes de la fundación de la casa fontaniega, la Inspectoría encarga a Rafael Torno -que sería el primer director- la supervisión de las obras que se estaban llevando a cabo en cumplimiento del acuerdo en las instalaciones cedidas. «Así el domingo 20 de octubre tomé posesión de esta casa e Iglesia de San José y escuelas anejas, en nombre del Rector Mayor de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales, instalándome en ella solo y quedando al frente de las obras, que en seguida se reanudaron con el fin de prepararlo todo y dar admisión a los niños en las escuelas».

El 31 de diciembre de 1929 se inauguraba la nueva casa de Fuentes de Andalucía, bajo el título de «Escuelas Salesianas de Santa Ana». Se veía así cumplida la voluntad de las hermanas Sevilla, comenzando aquí la andadura del Patronato «Santa Ana».

Con la fundación en marcha y el colegio en funcionamiento, la naciente comunidad encarga la ejecución de una imagen de María Auxiliadora para la iglesia, que sería donada por la fundadora, Ana María Sevilla. Su ejecución corrió a cargo de José Alarcón Santacruz, en los nacientes talleres de escultura de la Trinidad de Sevilla, y la nueva efigie sería recibida en Fuentes de Andalucía en los primeros días de junio de 1930.

La llegada de la imagen de la Virgen a Fuentes de Andalucía, a la que diariamente -durante casi dos décadas- los niños del colegio dirigían sus rezos y plegarias, provocó la diligente extensión de la devoción a la advocación de María Auxiliadora, cuya semilla plantada por los salesianos germinó prodigiosamente con el paso de los años, y a lo que también contribuyó la fundación en 1932 de la Archicofradía de María Auxiliadora.

A pesar de que la marcha del colegio era buena, con más de 200 niños escolarizados, las dificultades económicas para su sostenimiento empiezan a presagiar, en 1946, una situación insostenible. Pese al interés y preocupación del pueblo y los trámites de las autoridades locales, todos los intentos por salvar esta casa salesiana resultaron infructuosos y en octubre de 1948 quedarían clausuradas las escuelas salesianas de «Santa Ana». Concluía así una obra de 18 años que había producido abundantes frutos en el pueblo.

La huella que dejaron los salesianos en los 18 años que desarrollaron su labor en Fuentes de Andalucía fue muy honda. Con su menester, su magisterio, su labor educadora, su promoción de la cultura, la música, el teatro, el deporte… inculcaron fuertemente en las familias fontaniegas la devoción y el amor a María Auxiliadora, la Virgen de don Bosco.

Tras la clausura del colegio y la casa salesiana, los antiguos alumnos continuaron celebrando cada año un triduo en la fecha de la fiesta de la Virgen, el 24 de mayo, y en ciertas ocasiones procesión con la imagen de María Auxiliadora. En 1970 estos cultos dejan de celebrarse por la ausencia de un gran número de antiguos alumnos en el pueblo pero, en 1974, se recupera nuevamente el triduo y la procesión de la Virgen, siendo cada vez más numerosa la presencia de fieles en dichas celebraciones.

Primeras romerías

Tras designar los promotores y el párroco a la Virgen María Auxiliadora como titular de la romería a organizar, estos entraron en contacto con los antiguos alumnos salesianos y devotos que cada año venían celebrando los cultos de mayo, acogiendo un grupo de estos últimos la proposición con agrado y entusiasmo, dando cuerpo entre todas las partes al proyecto para hacer del mismo una realidad.

El lugar designado para acoger la peregrinación sería uno de los chaparrales de la finca del Castillo de la Monclova, obteniendo el beneplácito de los propietarios.
Resueltas las cuestiones de la advocación y el destino de la romería, el tercer aspecto a solventar, y quizás el de mayor trascendencia, era la imagen que debía presidir el acto festivo, ya que la efigie a la que rendían cultos los antiguos alumnos no era apropiada por su gran dimensión.

Pero como la ilusión superaba toda barrera, ante el conocimiento de que la vecina Pepita García Rigalt y su familia disponían de una imagen de la Virgen de dimensiones menores, no dudaron en solicitarla, obteniendo el feliz ofrecimiento. Una imagen que el marido de Pepita, el confitero Miguel Fernández, había recibido tras resultar agraciado en el sorteo de la misma llevado a cabo en décadas anteriores en el Casino Artesano.

Y de este modo, el domingo 28 de mayo de 1978, tras la celebración de los cultos propios, entre un gran ambiente festivo y fervorizado, muchos fontaniegos salieron en romería en las primeras horas de la mañana junto a la carreta de la Virgen en numerosas carrozas, a pie, a caballo,… y al llegar al lugar elegido celebraron la Misa de Romeros, cantada por un naciente coro organizado al efecto. Tras la jornada de convivencia, la comitiva regresó al pueblo, llegando la Santísima Virgen al anochecer al convento de San José, de donde había partido.

Los acontecimientos se fueron sucediendo, y de este modo se adquirió una nueva imagen para la romería de 1979 por suscrición popular y una carreta para la Virgen donada por el propio duque del Infantado y, dos años después, el 10 de marzo de 1981 y tras convocatoria pública, un nutrido grupo de antiguos alumnos y organizadores de la romería se reunieron con objeto de constituir la Hermandad de María Auxiliadora y elevar solicitud a la Vicaría General del Arzobispado de Sevilla.
La entidad como tal se fue consolidando, y el calendario festivo de mayo se fue ampliando con la implantación del pregón de las fiestas, procesión infantil y ofrenda de flores.