Parece que hay situaciones en las que cuesta, no ya posicionarse, sino presionar hacia la paz y la vida. La corriente general en la mayoría de instituciones, cegadas por las penosas imágenes del último acto de Hamás, no se atreven a pronunciarse, sabiendo de sobra que esas imágenes de violencia contra mujeres y niños se vienen dando por parte de Israel contra. Palestina desde hace más de 75 años. La ONU -institución de la que se ríen los propios países pertenecientes- ya se pronunció hace mucho, y lo ha vuelto a hacer, sobre la ilegalidad de la ocupación de Israel. También ha dicho que la fuerza ejercida contra el pueblo Palestino totalmente desarmado es irracional.

También se pronunció sobre el uso de armas no permitidas en guerra alguna contra el ser humano. Como el fósforo blanco. Si no se sabe qué es, solo hay que poner "fósforo blanco en Gaza" en Google, aunque las imágenes pueden ser muy duras. Sí, Israel ha tenido a todos los programas, diarios y debates de los medios a su disposición ante su momento de desgracia. Ha puesto nombre, profesión y personalidad a cada víctima, ha entrevistado a sus padres, amigos o hermanos, pero no habría tiempo televisivo si hubiera que hacer lo mismo con cada víctima Palestina.

Por ello, a veces hay que informarse por otros medios, buscar información siempre fue mejor que dejar que te lo cuenten. Y el silencio ante esta situación también es cómplice. Cómplice del maltrato a las víctimas que caen a diario en Gaza. Pero da igual, pocos son los que sin miedo se atreven a pronunciarse sin titubeos, a decir que para empezar Palestina no tenía que estar en esta situación de ocupación, de represión, de apartheid, de genocidio y exterminio. Hace más de medio siglo que vivir en Gaza es vivir en una cárcel, donde no hay libertad para absolutamente nada: ni estudiar, ni trabajar, ni comer, ni tomar un tratamiento médico, ni tener electricidad más de dos horas al día.

Mirémonos el ombligo y pensemos si quizás todos los pueblos seríamos capaces de aguantar dicha humillación y violencia. Hay instituciones que sí se han atrevido a hablar, a exigir a Israel que pare, a exigir corredores humanitarios, que han retirado las embajadas de la ONU de sus países como protesta por la pasividad del mundo ante una masacre de tal magnitud. La pasividad, sí.

Empecemos aquí cerquita, en Fuentes, nuestro pueblo. ¿Dónde están esas concentraciones en el paseíto del ayuntamiento por la paz? ¿Dónde están esos minutos de silencio? ¿Dónde las ganas de abogar por las víctimas de alguna manera? No hay que irse muy lejos en el tiempo para encontrar las diferencias. Banderas ucranianas y organización de un lugar de acogida, porque a esas víctimas sí se les dio un puente de salida y otro de bienvenida. Concentraciones y minutos de silencio para concienciar donde todos estaban ya concienciados, como debe ser, porque a las víctimas se les reconoce por el terror de sus ojos, sean del color que sean.

Semanas hace que este ayuntamiento podría haberse pronunciado, pero se ve que en este caso no es muy conveniente. Pensarán que incluso podría crear rechazo o mala interpretación. Tampoco se les pide que se vuelvan a colocar como antaño la Kufiya (pañuelo palestino). Sólo que sean valientes, que quizás las víctimas de semejante genocidio merezcan la pérdida de un puñado de votos si eso es todo lo que hay que arriesgar por apostar por la paz y la vida.