El carnaval de Fuentes es un recorrido por las experiencias, los sucesos o los hechos ocurrido en el año, expresados por personas que tienen el ingenio de hacerlas atractivas, agradables o causen risa. También estas personas, cuando expresan las vivencias, poseen una elegancia, armonía y desenvoltura admirables. Esta gracia carnavalera es lo que hace únicas nuestras murgas y máscaras, pilares de nuestro carnaval. No menos importante es el público, que aunque no forme parte de una murga o vista de máscara, colabora a que la fiesta tenga su majestuosidad. Sin público no hay carnaval.

Nuestro carnaval es una fiesta que va con la cuaresma. Esto hace que haya carnavales tempranos y tardíos. En el carnaval de 1989, el 5 de febrero fue el domingo de carnaval y 12 de febrero era domingo piñata. En el año 1976 cayó tardío: 28 de febrero fue domingo de carnaval y el 7 de marzo, domingo piñata. Esa fecha del domingo piñata 7 de marzo de 1976 murió un personaje muy singular de Fuentes. El Coco Grande era el más pobre de Fuentes. Se llamaba José, vivía en la calle La Luna. Nuestro carnaval siempre ha sido la fiesta de los pobres, la más popular, la más querida por el pueblo. Y como Fuentes siempre fue muy humano, recordamos aquí a este pobre hombre al que conocieron muchos de los que vivieron en los años 70. Fuentes, lugar con memoria.

En esa década de los 70, tras haber pasado Fuentes las penalidades anteriores, fue cuando empezó a mejorar la economía. La cosas necesarias para vivir aún eran baratas y empezaba a haber mejores ingresos en las familias, así que cuando llegaba el carnaval los fontaniegos podíamos costear algunas alegrías y eso hizo que el carnaval gozara de una época de esplendor. La Carrera rebosaba de gente, los bares se llenaban, sus confiterías, el cine... Y cuando venía algún circo a la calle Ancha o a la estación se ponía a rebosar.

Durante los desfiles de carrozas no se cabía en las calles, la Carrera llenita de gente bajo ese sol tan alegre que tiene Fuentes y de ese cielo de azul intenso precioso que tenemos, añadido a los confetis que llenaban el suelo. En el recuerdo, el panorama era espectacular.

Las murgas

En aquella época, el gran artista Marcelino Lora hizo literatura con sus canciones. Más que una murga, su grupo era una orquesta en toda regla. Era conocido en Fuentes como la "Estudiantina de Marcelino". Del murguista Marcelino Lora la canción que más recuerdan las gentes es aquella que dedicó a las hermanitas de la Cruz. Decía lo siguiente: Hermanitas de la Cruz/ con crucifijo al cuello/ de nuestro Padre Jesús/ Si la encuentras en la calle/ no le niegues una limosna/ que puede ser para tu padre.

A los fontaniegos siempre nos maravilló y nos encantó que llegara el domingo de carnaval para ir a casa de algún familiar y que nos dijeran qué familiares nuestros se habían vestido de máscara. Nosotros íbamos corriendo a la Carrera a verlos. Nos encantaba que estuviéramos sentados en un bar, llegará una máscara, estuviera un buen rato mareándonos con preguntas y no conocerla. Que estuviéramos en la plaza, llegará una máscara con mucha gracia carnavalera a marearte para, al final, tras descubrirse, ver quién era. Que estuvieras en la Carrera, se acercará una máscara, que te mareara, y que para colmo dijera que tú le gustabas. Pero a esa máscara precisamente no la reconocerías en la vida por más vueltas que le dieras. Son las costumbres de nuestro carnaval, nuestra idiosincrasia.

A los fontaniegos siempre nos han gustado mucho las murgas por la Carrera. No olvidaremos las murgas del Juan León, del Siria, del Inca, del Virgilio, del Fernando el municipal... Esta murga arrasaba. Su maestro, Juan León, era un hombre muy alegre y, como decían algunos del pueblo, se reía hasta de su sombra. De aquella época, cómo no nombrar la murga de Juanillo el Gato, con aquella famosa letra que hablaba del canal, que era la zona de riego de Lora del Río, la Setefilla y el Priorato, donde mucha gente de Fuentes iba a trabajar a los algodones. Esta famosa letra decía: Este año en el canal me encontré a Juanillo el gato, sin dinero...

Otras murgas importantes eran los Cherokees, la murga de Marcelino, la de Sajones, la de Juan Antonio el Nieto, etc.... Como reconocido murguista de Fuentes nombraría a Juan Luis el Carcelero. Cuando le hacen una entrevista este murguista le pone muchas ganas hablando de su carnaval. Esas ganas son atractivas, enganchan, hacen que Juan Luis sea carismático. Puesto que nada más oírlo hablar te entran ganas de carnaval. También nombrar a Miguel Caro Caro, Margarito, que le pone mucha voluntad a su carnaval. Emigrado en Francia, es una persona admirable. En fin, nombraría a todos los murguistas de Fuentes, puesto que se lo merecen. Merecen que le den su sitio pues entre todos hacen que nuestro carnaval sea una fiesta de colorido.

Dejando nuestras murgas y máscaras , tenemos que nombrar otras cosas que le dan color a nuestro Carnaval: A nuestros mayores siempre les gustó echarnos de casa, y que fuéramos a la Carrera en busca de los amigos para que disfrutásemos de nuestro Carnaval. Nunca nuestros mayores querían vernos encerrados. Les gustaba que familiares o amigos de pueblos limítrofes vinieran a nuestras casas a pasar los días de carnaval. Era una fiesta anclada, celebrada y arraigada. Muchos forasteros venían a nuestro carnaval, pues el pueblo de Fuentes siempre volcó lo mejor de su corazón. Sacábamos el espíritu festero tan mayúsculo que tenemos

Aunque el carnaval también estuvo en crisis. Fue en años 1986, 87, 88. En aquel periodo, la Carrera se quedó sola, empezaron los bailes de disfraces, no había máscaras ni apenas murgas, si bien no dejó de gustarnos que nuestros mayores nos hablasen de los esplendorosos carnavales. Eso nos animaba y queríamos alzar lo nuestro a lo más alto.y quedaba la murga de los Mamurcia en la Carrera  cantándole a los mayetes. Tuvo mucho éxito.

Se veía ambiente de Carnaval en Fuentes cuando era febrero y la gente de la aceituna que estaba en Jaén regresaba con sus buenos ingresos después de tres meses de  duro trabajo. Volvían al pueblo a festejar el carnaval. Esta gente se ganaba su pan con dos meses de uva en Francia, tres meses de aceitunas en Jaén y tres meses de fresas en Huelva.

Olía a Carnaval cuando los niños no teníamos escuela los lunes, ni martes de carnaval, y veíamos por la carrera al Esperancito con sus rifas, y al Viruta y Benito el Ecijano, con sus puestos de turrón por la Carrera, dándole categoría a la calle pues eran unos turroneros que dominaban su oficio e infundían majestuosidad al verlos. Sus puestos con sus avellanas, piñas y cocos, productos típicos de nuestro carnaval y ver a Luisa las tortas con sus tortas, empanadillas y entornaos.

En la foto, arriba: El cuñado de Juan Luis el Carcelero, El Mendo, el Becerril, el Palmoso de la calle Palma. Abajo: El Cachete, Juan Luis el Carcelero, Lorenzo, el Parrito y el Jopo de la calle San Francisco.

La fotografía de arriba era la murga de Los Mochos, cuyo maestro (Juan Luis el Carcelero) aparece en la parte de abajo. Juan Luis por YouTube siempre nos contaba a los que vivimos fuera historietas sobre aquellos carnavales de principios de la década de los 80. Nos contaba con muchas ganas que la Carrera se ponía llenita de gente. También nos contaba que tuvo con un señor que por aquel entonces vivía en Fuentes, en la calle las Ratas, que tenía una furgoneta y se dedicaba a la venta ambulante. Su bar preferido era el bar de Paco España. Le llamaban el gitano Utrerano, un señor que se le veía muy espectacular en su forma de vida. Nos contaba Juan Luis que en su furgoneta llevaba a la murga por los en pueblos para que actuará y que le cobraba el viaje con el dinero que la murga recaudaba.