El mejor de la competición es el peor rival posible. Una obviedad. Qué trabajo cuesta sumar cada punto contra el líder. Fuentes no ha podido hacer la proeza de ganarle al líder de la competición del voleibol femenino, el Finestrat, aunque ha batallado hasta el último minuto. El resultado, 1-3, lo dice todo. Inapelable, contundente, esclarecedor como la distancia de presupuestos que manejan uno y otro equipo. Tendría que haber estado Fuentes a tope de juego y entusiasmo para haberle plantado cara al Finestrat. A tope ha estado, pero únicamente en el primer set, ganado por 25-19.

Un mero espejismo producido por la sed de seguir ganando como ocurrió el sábado frente al Guía de Gran Canaria. Desvanecido el espejismo, todo el horizonte se ha poblado de alicantinas, frente a las que Fuentes sólo ha podido salir a pelear. De haber seguido jugando como el primer set, tal vez habría encontrado agua en el pozo de la cancha. Pero la cuerda se quebró en el segundo juego, perdido 20-25, y el cubo cayó a la sima en el tercero (14-25) y ya en el cuarto no cupo esperanza alguna (20-25). Los errores de saque le pesan a este equipo como una losa atada al cuello.

Cuesta mucho seguir en la batalla cuando el rival es el mejor y te da, te da y te da cada vez que coge la pelota. El Finestrat es un hueso duro de roer y Fuentes, que ha tenido días mejores, ha adolecido de contundencia en el ataque. Equipo hoy aquejado de inocencia, aunque intentando inventar algo diferente con lo que responder a la rudeza de las adversarias. Blandenguerías.

A falta de espejismos, a este equipo le queda mucha vida por delante, aunque a la liga le quedan tres telediarios. O sea tres partidos que jugar, y no precisamente contra las mejor clasificadas: el Collado Villalba, el Miguel Turra de Ciudad Real y el Mintonette de Almería. Fuentes sigue cuarto en la clasificación, de donde es posible que no se mueva mucho cuando acabe la clasificación. El proyecto del voleibol femenino de Fuentes se consolida, tanto en la tabla como en la acumulación de experiencia. Moisés del Hoyo, su entrenador, termina el fin de semana contento. Ganarle al segundo el sábado y plantarle cara al líder el domingo no es pecata minuta para un equipo que lleva apenas dos temporadas en primera.