Si las demás hermandades sacan a Cristo crucificado, alguien tiene que hacerse cargo de enterrarlo. El papel es doblemente triste porque el Santo Entierro supone que Cristo ha muerto y porque la estación de penitencia cierra la semana grande de todo cofrade. Termina la semana Santa. Más triste aún este año y el pasado porque ni siquiera es posible salir en procesión con la hermandad y cofradía de nazarenos de Nuestro Señor Jesucristo en el Sacramento del Santísimo Entierro y Nuestra Señora Soledad de María.

Con el Santo Entierro termina la Semana Santa. ¿O empieza? Según para quién y según se mire. Para el hermano mayor del Santo Entierro de Fuentes, Pepe Hidalgo, la Semana Santa empieza este Domingo de Resurrección. Lo tiene muy claro. ¿Por qué la resurrección no forma parte de la Semana Santa? También lo tiene claro: forma parte, aunque no esté incluida en lo que el común de los mortales identifica como Semana Santa.

También tiene muy claro que alguien tenía que asumir el papel de enterrador. Si las demás hermandades sacan a Cristo prendido, portando la cruz o crucificado, alguien ha de sacarlo muerto. "Este papel lo llevo en los genes. Mi abuela Concha, que murió en 1944, nos hizo soleanos a todos los miembros de la familia nada más nacer". Desde antiguo se conoce en Fuentes como "soleanos" a los hermanos del Santo Entierro por la Virgen de la Soledad. Pepe Hidalgo es soleano desde 1952, el año en que nació.

Como tiende al optimismo, en días tristes como este Sábado Santo, Pepe Hidalgo recuerda que hubo tiempos peores. Mucho peores. Y mucho más largos. Como fueron los casi 20 años en que el Santo Entierro dejó de procesionar, y casi de existir. Sin que hubiese ninguna pandemia. O sí que la hubo, la de la indiferencia. Fue entre los primeros años de la década de los 60 y finales de los 70 del siglo pasado. En 1979 un grupo de amigos decidió rescatar esta hermandad del olvido, devolver el Santo Entierro a la vida. Así fue posible la resurrección del Santo Entierro.

Dos años más tarde, en 1981, se sumó Pepe Hidalgo, primero como simple hermano, luego como teniente hermano mayor y, desde hace 5 años, como hermano mayor. No le fue fácil dar el paso de asumir la máxima responsabilidad de la hermandad. Creía que al frente de su hermandad debería haber un hombre culto, pasado por la universidad, no un simple labrador. Como si la cultura se aprendiese en la universidad. "Después he comprendido que estaba equivocado, que es la vida la que hace culta a las personas", reconoce. "Con la cultura y la clase, se nace y se hace", añade a continuación para explicar que para estar al frente de una hermandad no hace falta tener estudios.

Durante todo el día de este Sábado Santo permanece abierto el templo del convento de San José para que los fieles puedan visitar y rezar ante los titulares del Santo Entierro. A las 17h, hora en que debería salir la procesión, habrá una oración. Debido al toque de queda, la vigilia pascual se adelanta de las 23h a las 20h. De esta forma, el Domingo de Resurrección de 2021 tendrá cuatro horas más gracias a la pandemia.

El optimismo del labrador trae a la memoria al poeta Miguel Hernández. Aceituneros altivos. La Semana Santa es mitad fe, mitad cultura. Lo dice Pepe Hidalgo a la manera del labrador, los pies y las manos presos, sol a sol y luna a luna, pesan sobre vuestro huesos. Perseverancia de campesino, terquedad y conciencia, resignación. Ha habido tiempos peores. La Semana Santa del año pasado, sin ir más lejos. Con los templos cerrados y los labradores y no labradores confinados en casa, sin poder visitar a los titulares. Este año, Pepe Hidalgo lo vive como un alivio. El alivio del convento de San José con las puertas de par en par, el Cristo y la Virgen ante los ojos de sus fieles. "Hoy me siento un privilegiado", concluye contento de estar a las puertas del convento. Cualquier tiempo pasado fue peor.