Las explotaciones de titularidad femenina tienen más difícil el acceso a las ayudas agrarias. Según los datos publicados por el Fondo Español de Garantía Agraria -FEGA- los números de las explotaciones de mujeres perceptoras de ayudas PAC están muy lejos de poder equipararse a los de los hombres. Sólo el 27,5% de las ayudas directas es percibido por mujeres y el 26,34% de las ayudas de Desarrollo Rural. Los datos los hacen públicos la COAG y la Confederación de Mujeres del Medio Rural (CERES) con motivo del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer. COAG y CERES creen que "es imprescindible hacer un análisis sobre la perspectiva de género en estos dos programas de impulso a la actividad agraria".

COAG y CERES consideran que el objetivo de avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres en la Política Agraria Comunitaria y en el Programa de Desarrollo Rural pasa por aplicar una nueva estrategia de género a la realidad del campo, "no sólo para lograr la igualdad real, sino también para frenar el despoblamiento del medio rural".

Actualmente, tanto las ayudas de la PAC como las del  PRD se han diseñado desde un punto de vista masculino, en el cual se establece como explotación “tipo” perceptora de ayudas un modelo que se adapta a la mayoría de las explotaciones cuyo titular es un hombre. Es decir, "no se tiene en cuenta la perspectiva de género, mediante la cual se debería contemplar que las explotaciones cuyas titulares son mujeres, en su mayoría, tienen un modelo diferente a las de los hombres. Son explotaciones menos dimensionadas y en muchos casos, con cultivos y producciones ganaderas alternativas que quedan fuera de las ayudas. Lo que no significa que no sean viables ni productivas, de hecho llevan ahí toda la vida”.

Según un estudio de CERES, las mujeres preservan más derechos en la llamada agricultura de azada, esto es, cultivos hortofrutícolas permanentes y ganadería, que en la agricultura de arado, principalmente de secano de cereal, más de los hombres. Este sesgo de género en las explotaciones agrarias y ganaderas es el espejo mismo de la “jornada reducida” a la que se ven abocadas muchas mujeres que trabajan por cuenta ajena. La reproducción de los estereotipos de género que se imponen alas mujeres en el ámbito familiar y social no permite, en muchos casos, que las mujeres del campo puedan dedicarse a explotaciones con mayor superficie. Algunas explotaciones, cuyas titulares son mujeres, optan no sólo por explotaciones menos dimensionadas, sino por modelos y producciones diferentes, haciendo hincapié en la agricultura más sostenible, lo que requiere mayor trabajo y por lo tanto menos posibilidad ampliación de hectáreas.

Inmaculada Idáñez, responsable del Área de la Mujer de COAG y Presidenta de CERES, señala que "la PAC podría ser sin lugar a dudas un ejemplo de innovación social bien aplicada. La igualdad de oportunidades no se basa en que se establezcan las mismas condiciones para acceder a las ayudas una vez se hayan cumplido los requisitos de “explotación tipo”, como es este caso, sino que debe realizarse antes, es decir en la línea de salida y no en la meta. Por ello es preciso que en el diseño de los requisitos, se tenga en cuenta la casuística de las explotaciones con mujeres titulares. Se trata de adaptar la normativa a la realizad del campo, teniendo en cuenta a las mujeres”.

Además, con motivo del 8M, COAG y CERES instan al Gobierno español a firmar la Declaración de los Derechos Campesinos, aprobada por la Organización de Naciones Unidas en octubre de 2018, ya que en el momento de la votación nuestro gobierno se abstuvo. La firma supondría apoyar las premisas de la declaración de la ONU donde se reconoce que:

Los estados adoptarán todas las medidas para que las mujeres de las zonas rurales disfruten de los derechos a participar en los planes de desarrollo.

Los estados tienen que facilitar el acceso de las mujeres a seguridad social, a la formación, a la educación, a los servicios financieros.

Los estados tienen que facilitar el acceso de las mujeres en condiciones de igualdad a la tierra y a los recursos naturales y poder utilizarlos y gestionarlos en pie de igualdad.