Junio 2023, febrero 2024, abril 2024, enero 2025, y así podríamos seguir. No, no es cuestión de cansaros. Basta ya de volver una y otra vez con el tema del Centro de participación activa, hogar del pensionista, esa excusa que tenemos para no sé qué oscuras intenciones, esas que nos animó a pedir primero, exigir después, que se cumplan los estatutos del Centro. Nada, tonterías, caprichos o peor aún, deseos de socavar la autoridad democrática que nos gobierna, esa que desde hace dos años no convoca asamblea extraordinaria para elegir la junta de participación y gobierno ni asamblea ordinaria que debe celebrarse en el primer semestre de cada año.

No es de recibo que nos empeñemos en recordar que nuestra máxima autoridad nos prometiera respondernos por escrito a cuantas peticiones le hicimos por el mismo medio, sin resultado. Tal vez nos faltó escucha activa y múltiples reuniones. Tal vez nos faltó humildad y aceptación de que es la voluntad de la máxima autoridad la que manda y ordena, esa misma que tiene postrado en un limbo al Centro, sin Junta de participación, con el salón principal cerrado porque es peligroso estar en él a causa del mal estado de la techumbre, junto a otras dependencias que hace años están en mal estado, que el edificio, emblema de nuestro pasado arquitectónico, muestre un estado de abandono incomprensible.

No, no queríamos hacer del Centro un lugar alegre donde las personas mayores y menos mayores nos encontráramos para llevar a cabo actividades elegidas democráticamente, variadas y que abarcaran todo un abanico de intereses, que nos ayudaran a crecer culturalmente, relacionarnos sin tener que adaptarnos a un horario elegido por otros, que facilitara esos encuentros de abuelas, especialmente que tienen que cuidar de sus nietas y nietos y necesitan tener vida social en los ratos de los que disponen. Éramos en realidad una banda peligrosa que pretendíamos tomar el poder, hacerlo nuestro para llevar cabo un siniestro plan urdido en mentes calenturientas.

No necesitamos un espacio que no esté reglado, donde la conversación, el intercambio de opiniones, la lectura ofrecida de unas a otras sea un enriquecimiento mutuo, ¿Qué es eso de organizarse a través de asambleas donde elegir al grupo que sea el transmisor de nuestros deseos y peticiones?  Por eso, señora portavoz, tenías razón cuando decías en un pleno de nuestro ayuntamiento que el Centro no tenía Junta de gobierno era mentira, algo así he escuchado que dijo. Tampoco queremos que los huertos sociales estén atendidos y cuidados cuando la maleza se apodera de ellos (nuestro alcalde los incluyó como parte del Cetro de participación activa, pero qué más da, solo estamos allí cuatro personas mayores) Nada, a seguir adormecidas, que es el mejor antídoto ante grupos peligrosos y antisistema.