Hay manipulaciones que claman al cielo, pero la ciudadanía se las traga sin rechistar. Una de las muchas que nos cuelan a diario es sobre las pensiones. Nace del “error” (intencionado) de considerarlas una prestación social que recae sobre las arcas del estado, las empresas y los trabajadores en activo. Los pensionistas son (somos) una pesada carga que deben asumir los que trabajan. Así, se nos dice que las arcas están exhaustas, que las empresas tienen un límite y que no hay suficiente empleo para pagar las pensiones actuales. En el futuro será imposible mantener el sistema porque no habrá quien cotice.
Como enfoque inicial no estaría mal si no fuese porque falla desde la raíz: el pago de las pensiones actuales no recae sobre las espaldas de quienes trabajan hoy, sino sobre las cotizaciones efectuadas por los propios pensionistas a lo largo de su (nuestra) vida laboral. Los pensionistas no hacen (hacemos) otra cosa que recuperar una pequeña parte de lo cotizado durante treinta, cuarenta años. Durante ese tiempo depositamos una parte de nuestras nóminas, mes tras mes, para engordar la caja de la Seguridad Social con objeto de disfrutarlo cuando llegue la hora de la jubilación. ¿No era ese el compromiso? ¿Se les ha olvidado? ¿Quieren azuzar a los trabajadores contra los pensionistas? ¿Con qué intención?
Por lo tanto, es tremendamente injusto, además de falso, que se les (nos) quiera culpar de ser una carga gravosa sobre los hombros de nadie. La manipulación es tan burda, tan grosera, que sorprende sobremanera que cuele tan fácilmente y que nadie, o casi nadie, ponga el grito en el cielo. La respuesta a ese “error” de raíz debe ser ¿qué han hecho con mis cotizaciones de 40 años trabajados para que ahora digan que deben pagarme los trabajadores activos? Lo que ellos cotizan ahora es para recuperarlo cuando se jubilen, no para mantener a los jubilados actuales. Por ese principio básico, quien ha cotizado más tiene una pensión más alta, quien ha cotizado menos la tiene más baja y quien no ha cotizado nada carece de pensión. Para estos últimos se crearon las no contributivas, mínimas.
Es tan burda la manipulación de las pensiones como la que consiste en decir que lo público (educación, salud, pensiones, autovías, parques públicos, entierros municipales...) es gratuito. No lo es. Lo pagamos entre todos, a escote con nuestros impuestos y contribuciones a la caja común de la Seguridad Social. Nada de lo público lo paga el Gobierno, la Junta o el Ayuntamiento. Ellos cobran para gestionar y pagar en nuestro nombre lo que, mediante el acuerdo social que sustenta el estado del bienestar, consideramos que debe ser de todos y accesible a todos, independientemente de la cuna o el patrimonio de cada cual. Pero esa es otra historia de la que habrá tiempo de escribir.
La manipulación de las pensiones no acaba ahí. Ahora que se vuelve a discutir sobre el coste de las pensiones nos dicen que son mucho más altas que los salarios. ¿Dónde se ha visto que un trabajador activo cobre poco más de 1.000 euros netos y que un pensionista reciba 1.500, 2.000 o 2.500 euros? ¡Eso es insostenible!, proclaman. El argumento podría admitirse si fuera verdad. Pero no es más que una nueva manipulación con oscuras intenciones. No lo es porque comparan los salarios bajos con las pensiones altas. ¿Por qué no eligen al revés? ¿Podemos decir que hay salarios de 4.000 euros y pensiones de 700 euros?
De hecho, la pensión media, sin diferenciar tipos, está situada en 1.189,12 euros, según el último informe de la Seguridad Social. Esa es la media del país, pero aún es más sangrante ver las diferencias existentes entre las distintas comunidades autónomas. Por ejemplo, el pensionista medio andaluz cobra casi 126 euros menos que el pensionista medio español y 411,78 euros menos que un jubilado medio vasco. Exactamente, el pensionista medio andaluz se queda en 1.062,66 euros al mes, mientras el vasco se va a los 1.474,44 euros. A los andaluces, en bajas pensiones sólo nos ganan los extremeños (992,37), gallegos (1.015,78) y murcianos (1.051,62).
Por lo tanto, lo honesto y no manipulador sería comparar la pensión media con el salario medio y no las pensiones altas con los salarios bajos como hacen los poderes económicos del país. Y resulta que el salario bruto medio anual es de 25.200 euros, que supone 2.100 euros al mes, 1.800 si se reparte en las 14 pagas del año. De nuevo aquí se ven enormes diferencias según las distintas comunidades autónomas. Pero no, es mejor no explicar la verdad porque entonces las cifras no sirven para lo que se busca, que es engañar y justificar el intento de recorte que se pretende. La realidad es que este embrollo manipulador esconde muchos intereses, altas pasiones y bajas pensiones.