Lo más fácil del mundo para un periodista es definir la esencia de un nuevo medio de comunicación: el nuestro es convertirnos en el reflejo veraz de lo que acontece en la comunidad a la que nos dirigimos, Fuentes de Andalucía. Pretendemos hacernos eco de vuestras preocupaciones, aspiraciones y realidades. Queremos hacerlo sellando un compromiso de lealtad contigo, lector, lectora.

Dicho así parece lo más fácil del mundo, pero sabemos que será difícil lograrlo. Difícil porque la práctica del periodismo, por ser reflejo de sociedades complejas, genera tensiones cuando aborda cuestiones que afectan a intereses. Una de las finalidades esenciales del periodismo es la de ejercer de contrapoder y eso, lo sabemos todos, produce roces. Cuando decimos poderes no nos referimos sólo a quienes detentan cargos públicos o de representación. En un momento dado, a efectos informativos, cualquiera de nosotros puede ser considerado un "poder" en la medida en que posea una posición de dominio sobre informaciones que afecten a la vida de los demás y cuyo conocimiento no quiera compartir.

Porque la información es poder. Quien tiene información tiene poder. Por eso muchas personas, entidades o instituciones son reacias a compartir determinadas informaciones. De ahí que el periodismo sea tan necesario y útil a la sociedad. Porque la sociedad sólo tendrá poder si dispone de información veraz. Una sociedad desinformada o manipulada es una sociedad vencida que, además, tomará decisiones sin criterio o con criterios erróneos. Manipulados, vamos por la vida como gallina sin cabeza.

Las redes sociales no son medios de comunicación y adolecen precisamente del rigor y la veracidad a la que los periodistas estamos obligados por ética y compromiso social. Las redes sociales se han convertido en un océano de desinformación e intoxicación. Son como una riada que arrastra consigo todo tipo de porquería, lodo y agua sucia. No en balde hay quien ha dicho que en las inundaciones lo que escasea es precisamente el agua potable.

Fuentes de Información se proclama como un medio de comunicación comprometido con la búsqueda de la objetividad, la imparcialidad, el rigor y la honestidad. Sabemos que la objetividad absoluta no existe, pero sí existe aspirar a ella y esforzarse todos los días para alcanzarla. Nos mueve la ambición de servirte a ti, lector,  lectora. Sólo a ti. Porque la función primordial del periodismo es ejercer el derecho a la información, derecho que no nos asiste a los periodistas, sino a la ciudadanía. Es un derecho que ejercemos los periodistas, pero por delegación tuya.

Todavía tenemos que ganarnos tu confianza día a día, a pulso. Renunciaremos a esta aventura el día que no podamos servirte o que nos venzan los intereses económicos o las presiones de los poderosos.