Negarse al progreso es tan estúpido como no poner en valor nuestro pasado, nuestro patrimonio artístico. No podemos vivir sin electricidad, sin teléfono, sin internet, es evidente. A lo largo de los tiempos, se fueron construyendo edificios para una sociedad que no necesitaba más que quinqués y lámparas de aceite para iluminarse, madera y carbón para cocinar y calentarse. La modernidad fue llegando poco a poco. Un día llega el alumbrado público y se coloca una red de finos cables, apenas se notaban. Con el tiempo, todo se complica, tanto que el impacto es desolador.
¿Y si el hilo de cobre no afease las fachadas más bonitas de Fuentes? ¿Y si el casco histórico mostrase toda su belleza? ¿Y si las calles, plazas, palacios e iglesias no estuviesen embridadas por conexiones de luz eléctrica, telefónica, fibra óptica..? ¿Y si las fachadas barrocas no estuviesen ocupadas por cajas de registro, contadores y transformadores? ¿Y si los cables no cruzaran las calles?
Hagamos un juego: veamos cómo serían varios lugares de Fuentes sin cables a la vista. Comparen las fotos reales con las retocadas, la mejora es sustancial.
Para hacer que estas imágenes se conviertan en realidad, el ayuntamiento y/o la Diputación y/o la Junta de Andalucía y/o el Estado, en fin la o las administraciones correspondientes, tienen que hacer una inversión, que seguro que es menos costosa de lo que pueda parecer.
El turismo lo agradecería, los fontaniegos también. Fuentes de Andalucía, lo merece.