Llega febrero con sus tardes, a veces frías a veces cálidas, todas trayendo el aroma de máscaras y murgas que desde antaño nos ronda para introducirnos en nuestra fiesta más genuina. La que nos identifica como comunidad, como pueblo. ¿Esto es cierto? A veces me hago esa pregunta, porque el tiempo va cambiando las costumbres y tradiciones.

No podemos pretender que el carnaval que vivimos en el siglo XXI sea igual al que vivieron nuestras madres o abuelas. Cada año surgen distintas opiniones sobre cómo debe ser nuestros carnaval: Debe seguir siendo un carnaval rural, de murgas sin grandes pretensiones artísticas, donde se canten episodios acaecidos en el pueblo durante el año con más o menos picardía, (quién no ha escuchado eso de “vamos a salir en las murgas” tan descriptivo de una forma de control social) de máscaras que pretenden confundir y/o provocar. O por el contrario debe ser una fiesta donde las agrupaciones de comparsas y chirigotas, cuyo origen están en Cádiz, ofrezcan espectáculos de voces armoniosas, letras elaboradas y diseños de trajes estudiados, donde los disfraces compitan en imaginación y aspiraciones a ganar premios.

No estoy en contra ni a favor de un carnaval u otro. Es el pueblo el que tiene en sus manos qué quiere hacer con sus fiestas, aunque tengo mis preferencias. No se trata aquí de hablar de gustos personales. Lo que deberíamos tener claro es que las imitaciones no suelen ser mejores que las originales casi nunca. Fuentes ha sabido mantener durante mucho tiempo un carnaval genuino que le ha servido de carta de presentación en muchos lugares. No iba a darse a conocer por una imitación de algo que ya existe y que siempre será mejor.

Nuestro carnaval es transgresión y libertad. Ya quedó demostrado durante aquellos oscuros años de la dictadura donde nuestra ciudadanía supo burlar la censura y el miedo. Podemos seguir demostrándolo plantando cara a la competencia y el postureo, viviendo un carnaval libre y divertido. Sí, sobre todo divertido porque, al fin y al cabo, de eso se trata, de divertirnos con lo que tengamos a mano, saltándonos las reglas sociales una vez al año.

Este es el cartel completo del carnaval 2022, cuyo formato original no ha sido posible publicarlo por tener formato vertical en la portada de este periódico