El mejor negocio de la cooperativa Nuestra Señora del Rosario es la gasolinera, aparte del servicio de intermediación cerealista y olivarero que presta a los socios. Sólo la venta de gasóleo ha supuesto un ingreso neto de 108.000 euros, beneficio que resulta de la venta de 1,2 millones de litros de combustible. El volumen de facturación de 2020 ha sido de 7.140.000 euros, 300.000 euros más que en 2019. Con esos datos, la actual directiva de la entidad dice encarar con optimismo las próximas elecciones internas, previstas para mayo.

José Juan de Dios Caro, presidente de la cooperativa

Si la cooperativa no para de crecer en número de socios es precisamente por la prestación de servicios tales como la gasolinera, que ha sido modernizada recientemente, la telefonía y la tienda. La cooperativa tiene en este momento 828 socios, de los que 535 son accionistas (con un capital invertido de 150 euros) y 293 son socios colaboradores. La cooperativa tiene un capital social de 600.000 euros.

La tienda ha vendido por valor de 88.000 euros, con un beneficio neto de 45.000 euros, según los datos que ofrece el presidente de la cooperativa, Juan de Dios Caro. Los socios gastan en la tienda menos que los no socios. Dos tercios de las ventas corresponden a terceros, datos que han subido de manera importante a raíz de la pandemia. Durante el largo confinamiento del año pasado fueron muchos los fontaniegos que descubrieron y se decantaron por comprar en la tienda de la cooperativa.

Los servicios de telefonía, con 422 líneas contratadas, han supuesto un volumen de ingresos netos de 17.900 euros. La venta de abonos, semillas y fitosanitarios han generado unos beneficios de 64.000 euros. En total, la suma de los servicios de gasolinera, tienda, venta de productos agrícolas y telefonía reportan unos ingresos netos de 235.000 euros. En el capítulo de empleo, la cooperativa da trabajo a 9 personas contratadas todo el año y a otras dos temporales durante el verano.

Emilio Fernández, encargado del patio de la cooperativa

Según el presidente de la cooperativa, Juan de Dios Caro, esos datos son una buena tarjeta de presentación para volver a presentar su candidatura en las próximas eleciones de mayo. No está claro que vaya a haber una candidatura alternativa, aunque todavía es posible y hay tiempo para que la haya.

Juan de Dios Caro enarbola la bandera de la gestión diciendo que ha invertido 168.000 euros en diferentes mejoras de las instalaciones y equipamientos: la compra de una pala cargadora, dos toritos, una limpiadora-clasificadora de garbanzos, mejoras en el almacén de pipas, un nuevo techo ignífugo para la tienda, la modernización de la gasolinera, la iluminación del patio para ampliar el horario del surtidor de gasóleo y la guardería rural. El techo de la gasolinera ha sido dotado de paneles solares que suponen un ahorro de 300 euros mensuales en el recibo de la luz.

1,2 millones de litros de gasóleo vende la gasolinera

Para el futuro, la cooperativa planea crear un lavadero de tractores y camiones, un servicio de multiplicación de semillas, un molino de aceite, recubrir con placas solares todos los tejados que sea posible y un servicio de gestión integral de fincas. Algunos de esos proyectos responden a viejas aspiraciones, como el molino de aceite, para el que no hay terrenos suficientes en las actuales instalaciones. El molino supondría una inversión de un millón de euros y tendría que ubicarse fuera del pueblo, posiblemente en unos terrenos municipales.

El proyecto de recubrir con paneles solares todos los tejados de la cooperativa permitiría una doble ventaja. Por un lado, eliminaría la perniciosa uralita que ahora tienen muchos edificios y, por otro, surtir de electricidad a los socios mediante un sistema de energía solar compartida. Por último, la directiva de la entidad quiere este año dotarse de una segunda línea de recogida de aceituna de verdeo para evitar la aglomeración que se produce durante los momentos álgidos de la cosecha.