El tren que unía Marchena con Córdoba y que pasaba por Fuentes fue un importante eslabón en el desarrollo económico local en el siglo XIX y el primer tercio del XX. Llegó a Fuentes el 19 de de septiembre de 1879, pronto hará 142 años, y en él viajaban las autoridades provinciales, que fueron recibidas por las locales en medio del boato propio de los grandes acontecimientos.

Antes de entrar en el detalle del momento, conviene recordar brevemente la historia del ferrocarril en España. El ferrocarril va a hacer su aparición en España en el siglo XIX con la construcción de las primeras líneas ferroviarias, convirtiéndose en uno de los elementos más importantes de la evolución social y económica. El primer ferrocarril se construiría en Cuba, la entonces colonia española, en 1837 y correspondería a la línea La Habana-Güines. Esta última ciudad era cabecera de una rica comarca agrícola y azucarera situada al sureste de la Habana. Habían transcurrido solo 12 años desde la apertura del primer servicio de ferrocarril público inglés. Se trató del primer ferrocarril en América Latina y el primero también de España.

En la península ibérica se construyó en 1848 la primera línea entre Barcelona y Mataró. La línea, todavía hoy en uso, contaba con una longitud de 28,6 km y unía las poblaciones de Barcelona, San Adrián de Besós, Badalona, Montgat, Ocata, Premiá de Mar, Vilasar de Mar y Mataró. A partir de esa fecha se producirá una rápida expansión con la construcción de numerosas líneas de ferrocarril de ancho ibérico a cargo de las que serán las principales compañías ferroviarias de la época: la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA) o la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces.

La fiebre del ferrocarril se extendió por todas partes y en cualquier lugar nacía la idea y se creaba una compañía para construir su propio camino de hierro. La línea férrea que se construyó desde Marchena hasta Écija, que pasaba por nuestro pueblo, comenzó su andadura política muchos años antes. Así, sabemos que el 26 de septiembre de 1877, se hizo una sesión extraordinaria del ayuntamiento y la junta de asociados para tratar de la línea férrea que iría desde Sevilla a Écija. En ella se estudia la propuesta del subgobernador (alcalde) de Écija que, como presidente de la comisión de ferrocarriles, participaba de su gestión para lograr unas condiciones aceptables a fin de adelantar la finalización de las obras de la línea antes del plazo señalado por la Diputación provincial, publicado en el Boletín Oficial de 13 de junio de 1877, por el cual debía quedar la línea en explotación a mediados del 1881. Esto nos hace pensar que el proyecto de esta línea se había fraguado años antes.

Al año siguiente se inician conversaciones entre los ayuntamientos de Écija, Fuentes y La Luisiana, junto a José María Casos y Leoncio Barrau, en representación del empresario José María de Gándara para tratar de las aportaciones pecuniarias con las que han de contribuir los tres municipios que se beneficiarían de la nueva línea que iría, en un principio desde Marchena a Écija, pasando por Fuentes y La Luisiana. Este trazado significaría la unión con Sevilla a través de Marchena. Los empresarios habían solicitado a cada Ayuntamiento una subvención por kilómetro de línea que pasaba por su municipio. El trazado de la línea férrea supondría una mejora esencial para el desarrollo y prosperidad de los habitantes de la comarca.

Para ello era necesario que se reunieran los representantes de las tres localidades para deliberar y acordar las aportaciones económicas que se habían de hacer. Nuestro ayuntamiento autorizó a la nombrada comisión para que celebrasen las conferencias que fueran necesarias, poniéndose de acuerdo con las respectivas comisiones de Écija y Luisiana y tratar con ellas todo cuanto fuera concerniente al ferrocarril, como igualmente con los señores empresarios, dándoles a los citados las más amplias facultades para el ajuste de la línea: conceder la subvención que creyeran conveniente, atendiendo las circunstancias de esta localidad, elevar a documento público el contrato, bajo las bases que estimaran oportunas y mejor les pareciese. Las comisiones se pusieron a celebrar reuniones y conferencias entre sí y con los empresarios del ferrocarril y tras varias sesiones alcanzaron unas condiciones que fueron reflejadas y confirmadas en contratos firmados con cada uno de los municipios afectados.

Efectivamente, en la sesión del ayuntamiento y la junta de asociados celebrada el día 18 de febrero de 1878 se aprueba el contrato que firmarán el municipio y el empresario del ferrocarril, como así consta en el acta de la sesión. El contrato comenzaba así: “Los señores Pastor Atoche, Fernando Llera, José Escalera, José López, José Novales Sanjuán y Joaquín de la Gándara, los cinco primeros como representantes del ayuntamiento, junta municipal y mayores contribuyentes de la villa de Fuentes, y el último por su propio derecho y con la personalidad que aquellos les tiene reconocida, han convenido lo siguiente:”

Los puntos acordados decían:

1º Joaquín de la Gándara construirá el ferrocarril entre los términos de Écija y Marchena, que comprende 43 kilómetros aproximadamente.

2º La villa de Fuentes toma a su cargo la expropiación de 9 kilómetros y 800 metros, en el trayecto comprendido desde los confines del término de Écija hasta el de Marchena. (El resto de kilómetros serían expropiados por el ayuntamiento de Écija, 22 kilómetros aproximadamente y la empresa del ferrocarril, 10 kilómetros y 200 metros).

3º La villa de Fuentes facilitará a Joaquín de la Gándara una subvención de 39.200 duros o sea 196.000 pesetas, bajo el supuesto de que sean 9 kilómetros y 800 metros los que la referida villa debe expropiar (quedando sujeta la subvención en más o menos hasta delimitar con exactitud los kilómetros expropiados).

4º El pago de la subvención se verificará en esta forma: la mitad, 98.000 pesetas, en tres plazos: el primero, cuando esté explanada la línea y por grupos de 4 en 4 kilómetros; el segundo, cuando esté la vía colocada y también por grupos de 4 en 4 kilómetros, y el tercero,  cuando la locomotora recorra la línea desde Marchena hasta la estación de Écija.

5º La otra mitad del importe total de la subvención se satisfará en el término de dos años, contados desde que la locomotora recorra la línea desde Marchena hasta la estación de Écija, efectuándose los pagos en tres plazos iguales más un interés del 6,5 % anual.

6º Como garantía se le permite a De la Gándara poder disponer de los impuestos de consumos y de las láminas de propios.

7º La construcción del camino de hierro deberá verificarse en el plazo de veintiún meses a contar desde el día que el presente contrato se eleve a escritura pública.
Por fin, tras los oportunos trabajos, salvando las dificultades que se presentaron, el día 19 de de septiembre de 1879, dos años más tarde de iniciarse todo un proceso arduo y difícil de reuniones y controversias, se realizó el viaje inaugural del ferrocarril entre Marchena y Écija, con las autoridades provinciales. Como no podía ser de otro modo las autoridades locales salieron a la estación a testimoniarles sus respetos y consideraciones.

Y como es de bien nacido ser agradecido, nuestros concejales, bajo la presidencia de Pastor Atoche Carmona, aprobaron, en sesión del 20 de septiembre, poner el nombre de Écija a la calle de la Huerta para agradecer a dicha ciudad los desvelos de su ayuntamiento en la consecución de la línea férrea.