Los señoritos de Fuentes votan a los comunistas. Los trabajadores reparten sus votos entre Nueva Izquierda y PSOE. Así están las cosas en Fuentes. Eso explica el nuevo triunfo electoral de Francisco Martínez, el candidato de Nueva Izquierda, este domingo en Fuentes. Lo dicen hasta las cabras que pastorean el ruedo. Francisco, el comunista que susurra a la clase obrera, a las clases medias y no tan medias, a los jóvenes y a los viejos, a las mujeres y a los hombres. Que susurra a los caballos y a los caballistas. De otra forma no se entiende que siga disfrutando otros cuatro años de mayoría absoluta, algo que rara vez se ha repetido en Fuentes.

La derecha sociológica -y religiosa- vota a los comunistas y la izquierda de clase reparte sus votos entre el PSOE y Nueva Izquierda. Al PP no lo votan en las elecciones municipales ni sus militantes. Eso ocurre por el susurro. El susurro hace que la derecha, que en Fuentes suma más de 1.400 votos cuando hay elecciones autonómicas (1.158 PP y 252 Vox en 2022), se quede en 279 cuando llegan las municipales. Susurro que provoca que en esas mismas elecciones la suma de las formaciones a las que es afín NIVA (Por Andalucía y Adelante Andalucía) no llegara a 850 votos y este domingo haya alcanzado los 2.379.

El resultado de las elecciones muestra un galimatías político en el que casi nada parece ser lo que es. Un galimatías que empieza diciendo que ni los señoritos de Fuentes son tan señoritos ni los comunistas, tan comunistas. El mundo ha cambiado mucho. Las ideologías, más todavía. La política es el arte de lo posible y, de un tiempo a esta parte, el arte del funambulismo. Equilibrismo político en una cuerda floja donde el público, insaciable, pide y pide. Cada vez pide más a cambio de unos votos que cada cuatro años subasta en busca del mejor postor.

En Fuentes, Francisco repite mayoría absoluta porque no lo ha hecho mal como alcalde. Ni Francisco y su equipo lo han hecho tan mal como para perder las elecciones ni la oposición socialista lo ha hecho tan bien como para ganarlas. El PP, como ocurre desde hace ocho años, ni está ni se le espera. Eso, si lo vemos en negativo. Puesto en positivo, habría que decir que Francisco ha hecho méritos para seguir, aunque con menos ínfulas, y el PSOE méritos para seguir en la oposición, aunque con más fuerza. Lo dice así de claro la sentencia del electorado y las sentencias pueden gustar más o menos, pero es de justicia acatarlas. Desde todos los puntos de vista, Fuentes está ahora mejor que nunca. Negarlo es negar la realidad. Que podría estar mejor, también. En política, todo es susceptible de ser mejorado. También empeorado.

Las elecciones, todas las elecciones, hace tiempo que no las gana la oposición. Las pierde quien gobierna. Las pierde por errores o por desgaste. En el caso de Fuentes ha habido errores y desgaste, pero no de tal calibre que el electorado haya considerado necesario mandar a Francisco a su casa. Las críticas de enchufismo han hecho mella sin que el equipo de gobierno haya sido capaz de contrarrestarlas. Igual que el endeudamiento y el cierto aire de autosuficiencia -van sobrados- que se ha respirado estos cuatro años. Nada grave, según el dictamen del electorado. Los muchachos de Nueva Izquierda pueden seguir otros cuatro años, pero con otra actitud y, sobre todo, tendrán que revisar sus modos.

En el otro platillo de la balanza, el electorado premia el cambio de candidato. José María Chacón ha recibido un empujón que ahora deberá administrar con inteligencia y tesón. Sobre todo, tesón. Los electores han considerado que a los nuevos socialistas les falta algo de cochura y les ha encendido el fogón. La "buena gente" tiene ahora por delante cuatro años para intentar ganarse un puesto en el futuro gobierno municipal. Tendrá que trabajar duro, con seriedad y constancia. Tiempo no le va a faltar. Equipo y ganas está por ver. De momento, el PSOE ocupa una mejor posición en la parrilla de salida. Las elecciones no se ganan -ni se pierden- en la campaña electoral, sino durante cuatro años dando el callo, solucionando problemas y haciendo propuestas constructivas.

El PP debería hacérselo mirar si políticamente pretende representar algo en Fuentes. A lo mejor es que sólo busca recoger cosecha en las autonómicas y en las generales. Tal vez eso es así porque sabe que sus votos de las municipales los tiene cautivados el comunista que susurra a las clases pudientes. Lo que ha ocurrido este domingo en Fuentes es lo mismo que en toda España, chispa más o menos, con la diferencia de que aquí es la izquierda la que sabe hablarle al electorado al oído. Un electorado que lo único que pide es que le regalen el oído, que le den de todo y que si tienen que quitarle algo, que sean los impuestos. ¿Que mañana no hay sanidad pública? Mañana ya veremos. Vivimos al día. Qué digo al día, al minuto.