Valentín "Niño Ana" es un torrente verbal y ejerce por méritos propios de "embajador" de Fuentes en Santa Coloma. Lo acredita un diploma que luce en el sitio más visible de su restaurante, uno de los mejores de la popular población barcelonesa, lugar de residencia de cientos de fontaniegos emigrados en los años 60 y 70. Diploma otorgado por el ayuntamiento de Fuentes en 2007. Valentín Alfonso Hidalgo ha llegado a tener cuatro establecimientos hosteleros, pero la falta de seguimiento familiar, las crisis, la edad... Dice en esta entrevista que "en Fuentes se vive del copón", pero pretexta para no retornar que ya tiene seis nietos en Barcelona, que lo retiene el negocio, que si los amigos... Le gustaría montar en Fuentes un espacio con canchas de básquet.

Pregunta.- Santa Coloma es algo así como una pedanía de Fuentes.

Respuesta.- Aquí vive mucha gente de Fuentes. Hay Piojos, Talaveras, Melones, Realitos, Pelechas, Matrucos, Baudilios, Pelaos... ¡Hasta Niños Ana! Calculo que aquí hay unas 200 familias de Fuentes. Todos vienen por aquí, aunque la verdad es que antes venían más que ahora porque se hacen viejos y a los hijos y a los nietos ya no les atrae tanto encontrarse con sus paisanos. Pasa igual que con Fuentes, cada vez van menos. Por mi restaurante pasa todo el mundo y yo me pongo muy contento cuando viene alguno de Fuentes, como es tu caso. El ayuntamiento ha organizado algunas visitas a Santa Coloma, la última poco antes de la pandemia, y hemos pasado unos buenos ratos de convivencia entre los que vienen de Fuentes y los que estamos aquí.

P.-¿Cómo es Santa Coloma?

R.- Es un pueblo grande al que vienen a vivir emigrantes de todos los países del mundo. Si recorres las calles puedes encontrar más cien idiomas diferentes. Es verdad que en los últimos años algunos barrios se han deteriorado un poco e incluso eso ha bajado el precio de las viviendas, pero se vive bien y la diversidad nunca es mala. Hay que meterse en el pellejo de las personas que se montan en una patera sin saber si van a salir de ella vivos o muertos. Yo tengo muchos y buenos clientes rumanos que vienen buscando la sopa de ajo, que les encanta cómo la hago. Probablemente porque les recuerda algún plato típico de su país.

P.- ¿La convivencia es buena?

R.- Yo me he sentido nunca rechazado en Cataluña por ser andaluz. Tengo excelentes amigos catalanes, aunque es verdad que aquí algunos nos consideran charnegos y allí nos llaman catalanes. No es general, pero a veces en Fuentes los emigrantes no somos bien recibidos. Hay cierto desapego...  Alguna vez se produce algún encontronazo con alguno que se cree que los catalanes son todos independentistas. Una vez, con motivo de la última semana santa, tuve que pararle los pies a uno que empezó a hablar mal de los "putos catalanes que no vienen a Fuentes más que a gañotear". Me fui para él y tuvieron que sujetarme... Alguna razón tienen los catalanes que reclaman que los impuestos se paguen aquí.

P.- Veo que tus empleados son extranjeros.

R.- Sí, tengo siete empleados y todos son extranjeros. Es así porque son buenos trabajadores y porque en la hostelería, de España, no quiere trabajar ni el copón. Empezando por mi propia familia. Para empezar, porque los jóvenes lo tienen todo. Yo me he visto obligado a cerrar tres restaurantes porque no tenía en la familia a nadie que se hiciera cargo de ellos. Este oficio es muy esclavo. He levantado esto a base de muchas horas de trabajo y sin disfrutar de vacaciones en 40 años. En casa, amor y trabajo, dinero ninguno. Eso es lo que hay. ¿Cómo se cree, si no, que se hace todo esto?

P.- Tienes tres hijos. ¿Les gusta Fuentes?

R.- Tengo tres hijos, dos hombres y una mujer, enfermera y seis nietos que son mi ilusión en esta etapa de la vida. No te lo vas a creer, pero mis hijos no han estado nunca en Fuentes, ni de chicos. Es lo que te decía antes, ni vacaciones hemos tenido desde que los instalamos en Santa Coloma. Han oído mucho hablar de Fuentes, pero no lo han pisado todavía.

P.- ¿Qué les has contado de Fuentes a tus hijos?

R.- Les he contado todos mis recuerdos, que son muchos. Que nací en la calle Calvario, al lado del cine la boñiga, que es como le llamábamos al cine de la Barrosa. Les he contados que en aquellos años cagábamos en un cubo que después tirábamos en el ruedo. Les he hablado de mi primo Perico Mateo, de la calle Palma. Y que de niño yo era el mejor porquero que había en Fuentes. También les he contado la humillación a la que estaban sometidos los jornaleros ofreciéndose en la plaza a los manijeros que iban todas las noches a señalar con el dedo a los elegidos para trabajar al día siguiente.

P.- ¿Con qué edad te fuiste de Fuentes?

R.- Tenía 17 años, jugaba en el equipo de fútbol de Fuentes y me fui a Mallorca, al Atlético Balear. Trabajaba y jugaba a fútbol de forma profesional. Ganaba 700 pesetas cada fin de semana como futbolista, más que durante la semana en el trabajo. Apenas había pisado la escuela porque en aquellos tiempos lo importante era ganarse la vida, aunque fuese cuidando cochinos. Toda la familia trabajaba en las tierras de Manolito la Tienda y yo me fui buscando un porvenir mejor que aquel. Después de Mallorca me vine a Barcelona, donde llevo 47 años dedicado a la hostelería.

P.- Fuentes es ahora otro.

R.- Por supuesto, el cambio es radical. Ahora en Fuentes se vive del copón, pero entonces aquello no era vida. Miseria y supervivencia. Y el señorito tenía el derecho de echarte encima el caballo por cualquier motivo, o incluso sin motivo ninguno, como a mí me hicieron en una ocasión en la venta el Palmar. Era lo que había. Ahora de Fuentes me gusta todo, especialmente la gastronomía, y puedo ir todo lo que antes no podía porque estaba dedicado en cuerpo y alma a sacar adelante a mi familia y a mi negocio.

P.- ¿Jubilación?

R.- ¡Qué va! Tengo 71 años, pero los de mi generación no sabemos hacer otra cosa que trabajar. Mi suerte es que tengo una mujer magnífica, encontrarla es lo mejor que me ha pasado en la vida. (Ella lo sabe. Loli Claus es cordobesa y, sentada a su lado, ríe las palabras de Valentín). Me gustaría tener una casa en Fuentes, se lo dije a Francisco, el alcalde, la vez que estuvo aquí comiendo con la gente de Fuentes, pero para ir y venir. La verdad es que no conozco apenas los restaurantes que hay ahora Fuentes.

P.- ¿De dónde viene el mote "niño Ana"

R.- La verdad es que no lo sé. Recuerdo que en Fuentes había un dicho que decía "tiene más callos que el Niño Ana", que era mi abuelo. El hombre tenía los pies tan mal que compraba unas botas y lo primero que hacía era cortarle cachos para poder meter los pies. Desde mi abuelo aquí, en Fuentes somos unos cuantos "Niño Ana"

P.- ¿Qué es eso del menú solidario que ofreces?

R.- Desde enero tenemos un menú solidario que cuesta 5 euros y que la gente se la puede llevar a casa. Lo organizamos con un grupo de amigos de Santa Coloma y una ONG. Hay personas que lo está pasando realmente mal y yo no puedo permanecer indiferente. No soy avaro, así que mi lema es que de este restaurante no se va nadie sin comer.