En 1990 fue una revolución. Mujeres organizadas. A algunos hombres aquello les sonaba feo, inquietante. A ver si me vas a volver loca a la mujer, dijo alguno. Acababa de nacer la Asociación de Mujeres de Fuentes (AMFU). Las mujeres apenas entraban en los bares y ni soñaban con disponer de lugares propios de formación. Mari Ginés entraba en aquel espacio promoviendo una organización de mujeres. De aquello hace 31 años, la realidad de las mujeres ha cambiado mucho, aunque todavía quedan reivindicaciones pendientes. Por ejemplo, la lacra de la violencia machista sigue atenazando a muchas mujeres. Y la anulación o la minusvaloración de las mujeres por parte de quienes creen que el hecho de haber nacido hombres les otorga la primacía sobre la otra mitad de la población.

Pregunta.- ¿Ha cambiado mucho la realidad de las mujeres de Fuentes?

Respuesta.- Mucho. Las mujeres hacemos ahora cosas impensables en aquel tiempo, aunque quedan muchas sombras que sacar a la luz y erradicar, como es la lacra de la violencia de género. Otro de los problemas que observo es la falta de participación de las más jóvenes. Las que estamos en la asociación vamos envejeciendo y no hay jóvenes dispuestas a tomar el relevo.

P.- A lo mejor es porque no creen necesaria una asociación de mujeres.

R.- Pero la desigualdad sigue existiendo. A lo mejor ellas creen que no es necesario organizarse, pero hay muchas que sí necesitan ayuda. Yo me doy cuenta de que muchas mujeres miran el reloj cuando llevan un rato en los actos o en las actividades formativas que organizamos. No dicen nada, pero sabemos que están pendientes de la hora porque tienen que irse. Unas porque tienen que darle la pastilla a algún familiar otras porque tienen que hacer la cena. En cambio, los hombres nunca miran el reloj porque pueden llegar a casa a la hora que quieran. Lo que digo es que necesitamos estar unidas porque queda mucho que hacer y para impedir que se produzca un retroceso en lo alcanzado.

P.- ¿Cómo fue el nacimiento de la Asociación de Mujeres de Fuentes?

R.- Un pequeño grupo queríamos tener los talleres que ofrecía el INEM para facilitar el empleo a las mujeres, fui a Écija a ver si era posible y me dijeron que había que solicitarlos por medio de una asociación. Así que decidimos crearla. Al principio éramos ocho o diez. Teníamos interés en sacar a las mujeres de Fuentes, muchas de las cuales estaban siempre metidas en casa y jamás habían pisado un bar. Fuimos creciendo poco a poco hasta que en 1995 organizamos un grupo de gimnasia que atrajo a muchas mujeres. Llegamos a ser 230 mujeres. Aquello fue una revolución y no todos los hombres lo vieron con buenos ojos. Alguno me llegó a decir que a ver si le iba a poner loca a su mujer.

P.- ¿Y ahora?

R.- Ahora somos 128, que pagamos una cuota de 15 euros al año. Hemos participado en todo, desde proyectos de cooperación con Perú hasta recogida de alimentos para Bosnia o Zaire. También en programas como Por un millón de pasos, colaboramos con la Asociación contra el cáncer, Padis o la cabalgata de Reyes, por citar algunos ejemplos. El grupo de gimnasia, en el que teníamos a unas 20 mujeres, desapareció cuando el ayuntamiento creó el programa Mujer y Salud y fichó a nuestra monitora.

P.- Este viernes ha sido 25 de noviembre, Día Mundial para la Eliminación de la Violencia de Género. ¿Hay violencia de género en Fuentes?

R.- Hay formas de violencia que no son necesariamente maltrato físico. Existe la anulación de la mujer por parte de su pareja. El control es otra forma de maltrato. La minusvaloración es maltrato. Una vez se echó a llorar una de las asistentes a un taller que organizamos. Cuando le preguntamos qué le pasaba nos dijo que a ver cómo le decía a su familia que aquello que estaba haciendo lo había hecho ella. Nadie en casa lo iba a creer porque siempre la habían tratado como a una inútil. Aquella mujer llevaba años sufriendo en silencio. A raíz de aquel taller se rebeló y consiguió que la tuvieran en cuenta.

P.- ¿Preocupa la violencia de género en Fuentes?

R.- Cuando organizamos alguna actividad para hablar de este tema tenemos que camuflarlo bajo otro nombre. No asiste nadie si pones que se va a tratar sobre violencia de género. Cada vez que matan a una mujer nos echamos las manos a la cabeza, pero al día siguiente nadie se acuerda. Llega el 8 de Marzo o el 25 de Noviembre y todo el mundo muestra interés, pero no el resto del año. Será porque creen que esas cosas les ocurren a las otras. Y puede que sea verdad o puede que no. Puede que esté ocurriendo a una familiar y no nos demos cuenta hasta que sea tarde. Hay que estar alertas porque ocurre donde menos lo esperas.

P.- El maltratador manipula.

R.- El maltrato es un proceso largo y sinuoso. El maltratador manipula a su víctima, camufla sus acciones, pide perdón, dice que no lo va a hacer más. Pero una vez consigue la reconciliación vuelve a las andadas. Cuanto más grave es el maltrato, más oculto está. Pero, bueno, estamos hablando mucho de maltrato y nos van a responder que en Fuentes no existe ese problema. No sé si hay violencia de pegar, pero de control y anulación de la mujer sí hay.

P.- En diciembre hay elecciones en el seno de la AMFU. ¿Qué va a pasar?

R.- Pues me temo que voy a tener que seguir otros cuatro años más. Y llevo 31 años, desde el primer día. Y mira que he dicho e intentado que se presente otra gente, pero nadie quiere. Me dicen que siga y siga. El compromiso social es mínimo, la participación escasea y nadie propone ninguna iniciativa nueva. Esta sociedad es pasiva, trata simplemente de ir tirando. Dan por hecho que sigo ahí y la verdad es que me daría pena que AMFU desapareciera después de más de 30 años de existencia. El gusanillo ese lo llevo dentro.