El ecuador de la legislatura es buen momento para hacer un balance de la gestión realizada. Las pasadas elecciones municipales, celebradas el 26 de mayo de 2019, dieron la alcaldía de Fuentes a Francisco Martínez. Desde entonces han pasado tantas cosas que resulta difícil comprimirlas en el limitado espacio de una entrevista. Para el alcalde han sido dos años trepidantes marcados, en lo político, por la pandemia y, en lo personal, por su boda y por su paternidad. Francisco Martínez reconoce que la gestión de la pandemia le ha ocasionado un desgaste político importante, aunque cree que las crisis pueden suponer también oportunidades. La oportunidad es la previsible llegada de abundantes fondos económicos para la recuperación, tanto de la UE como de la Diputación, y de las nuevas plantas solares que se anuncian.

Pregunta.- Alcalde, ¿cómo calificaría esta primera mitad de la legislatura?

Respuesta.- En lo personal, este tiempo ha supuesto un punto de inflexión en mi vida. En esta faceta debo decir que no puedo pedir más porque tengo mi casa, mi familia y mi niño. El lado personal es la compensación positiva de los dos años que en política han sido muy complejos y difíciles. La crisis sanitaria está conllevando un desgaste político muy importante para los alcaldes porque estamos en primera línea ejecutando medidas muchas veces impopulares que, para colmo, no hemos tomado nosotros y ni siquiera se nos han consultado. Además, hemos tenido que hacer políticas de emergencia frente a algo que desconocíamos y para lo que no teníamos experiencia. Eso ha cambiado totalmente nuestras previsiones, nos ha roto los esquemas.

P.- ¿Cuál es la conclusión?

R.- Sin caer en la autocomplacencia, debo decir que hemos conseguido un resultado notable. El ayuntamiento ha liderado la organización del propio pueblo para enfrentarse a algo que era desconocido. No olvidaré nunca los trabajos para la creación del centro de ayuda y voluntariado, en la que se involucraron las asociaciones y las empresas y cuyo resultado fue el suministro de batas, mascarillas, el desinfectado de las calles... Todo eso no lo hizo el ayuntamiento, pero sí jugó su papel como organizador. Fue un momento crítico, en el que había mucho miedo, pero el pueblo salió adelante con notable éxito. El papel del ayuntamiento ha sido importante en el ámbito de la información porque era urgente responder a la necesidad de conocimiento por parte de la población sobre lo que pasaba. Hemos trabajado con transparencia y con rigor, respondiendo a las preguntas que nos trasladaban los ciudadanos. En ese mismo sentido, hemos creado un servicio de asesoría para empresas y personas que necesitan ayuda, como es el caso caso de los temporeros que se iban a Francia y no sabían cómo hacerlo o para las personas mayores que necesitan cercanía.

P.- ¿No tiene la sensación de que hemos pasado del miedo y la responsabilidad, al principio de la pandemia, a cierto descontrol en los últimos tiempos, de que se ha ido de las manos el control de la situación?

R.- Puedo coincidir en parte con esa sensación, pero debemos tener en cuenta el porqué de las cosas. Creo que hay cansancio pandémico. La crisis sanitaria está causando efectos en la salud mental. Nos ha roto el esquema de vida social y la gente tiene anhelo de recuperar cuanto antes la normalidad. Si eso se suma a que estamos saliendo de la situación, gracias a las vacunas, tenemos esta situación de mayor relajamiento, menos responsable en algunos aspectos. La gente necesita vida social.

P.- Precisamente porque estamos saliendo, no parece muy razonable ahora bajar la guardia, ¿no?

R.- Generalizar no es bueno y este repunte que estamos sufriendo también los tuvimos en noviembre y en el verano anterior. Lo digo porque en cansancio pandémico no es de ahora, aunque sabemos que relajar las medias nos lleva a un nuevo repunte. Aún así la ciudadanía tiene claro el sentido de la responsabilidad. Cuesta trabajo romper nuestro ritmo de vida y eso mantenerlo durante tanto tiempo.

P.- ¿Ha hecho el ayuntamiento todo lo que podía hacer?

R.- Seguramente se podría haber hecho algo más, desde luego. Pero hay que entender las limitaciones que tiene un ayuntamiento porque, como ya he dicho, estamos ejecutando medidas para las que no nos han pedido ni la opinión. Luego viene la limitación de recursos. No nos engañemos, el ayuntamiento no ha recibido ni un euro y hemos tenido que desinfectar colegios, reforzar el servicio de limpieza, ampliar plantilla de policía local, comprar productos y equipos... Yo soy el primero en reconocer que no se ha hecho el cien por cien de lo que se podía hacer, pero la verdad es que hemos hecho lo suficiente para paliar las consecuencias de la pandemia.

P.- ¿Ha habido colaboración desde el consultorio?

R..- Lo he dicho y lo repito, no podemos estar mendigando información sobre la situación sanitaria. Ha sido un auténtico laberinto conseguir información sobre la situación sanitaria para proyectar líneas de trabajo. Echamos de menos la coordinación con las autoridades sanitaria. No me gusta instalarme en la crítica, que puede sonar a echar balones fuera, pero ha fallado esa coordinación. El ayuntamiento ha hecho las cosas razonablemente bien. Hemos doblado la plantilla de policía local, hemos mantenido contacto permanente con los establecimientos, hemos tratado de dotar de equipamiento a los colegios y colectivos vulnerables...

P.- Una de las críticas más comunes es la falta de control de las fiestas en las cocheras.

R.- Lo sé, pero no podemos poner un policía detrás de cada persona. Ha habido más de diez denuncias a cocheras, a ciudadanos por no llevar mascarilla o por incumplir el toque de queda. También hemos sancionado a establecimientos que incumplían las medidas. La línea coercitiva se lleva a cabo, aunque nuestra línea de trabajo principal es la preventiva. Es verdad que en el último mes hemos abierto la mano para celebrar algunos actos públicos, siempre cumpliendo las normas, pero hasta entonces no ha habido ninguna actividad. Ahora estamos diciendo que sí, pero con mucha seguridad.

P.- ¿Se atreve a ponerle fecha a conseguir tener vacunada a la mayoría de la población de Fuentes?

R.- En esto hay que ser realistas y decir que hasta después del verano parece imposible. Sería temerario ponerle una fecha, pero ya avanzo que este año tampoco vamos a tener feria. Hay discursos optimistas a ese respecto, pero yo no veo factible estar en agosto con las casetas llenas de gente. Podemos darle una vuelta a la posibilidad de alguna actividad para los niños y los mayores, pero una feria como la de antes, sería temerario. No lo veo.

P.- Decían que de la pandemia saldríamos mejores. ¿Cómo saldremos?

R.- Mejores no lo sé, pero iguales seguro que no. Pienso que la adversidad es una oportunidad y por eso creo que vamos a salir mejores. Esta es la segunda crisis que vivimos en poco tiempo. La anterior fue económica y muy dura, pero salimos, igual que saldremos de ésta y lo haremos mejores.

P.- Cambiemos de tema. Para la política se necesita principalmente dinero que sirva para hacer cosas. Parece que vienen buenos tiempos porque se anuncia una lluvia de millones. ¿Cuáles serían las cifras?

R.- Es cierto, se avecinan ingresos muy importantes. Proceden de tres fuentes: los fondos europeos para la recuperación después de la pandemia, a los que hemos presentado proyectos por valor de 37,5 millones de euros, la prevista instalación de tres nuevas plantas solares, que pueden aportar unos 15 o 20 millones, y los fondos de la Diputación, que calculamos en cuatro o cinco millones. Todo eso en los próximos dos años. Es destacable que para los fondo europeos se ha dado mucho papel a los ayuntamientos. En el tema energético hay que añadir el dato fundamental de que pase por Fuentes una línea eléctrica de alta y la instalación de una subestación. Esto supondría poner a Fuentes en la Champions Ligue de las energías renovables y sería un nuevo aliciente para que vengan las plantas solares.

P.- Pero a estas alturas del año, el ayuntamiento no ha cerrado los presupuestos de 2021.

R.- Efectivamente, hemos preferido esperar el cierre de muchas cifras fijas, como pueden ser esos fondos europeos, las plantas solares y la Diputación. Preferimos esperar y programar antes del verano unos presupuestos con perspectiva de dos años. Ahora estamos funcionando con el presupuesto de 2020 prorrogado, que es de 6,5 millones de euros, y con modificaciones de crédito.

P.- Pero esas supuestas partidas de dinero pueden tardar mucho tiempo en llegar.

R.- Estamos trabajando en un escenario a medio plazo porque sabemos que en esta legislatura a lo mejor llega una de las tres plantas solares previstas. O que este año llegue una parte de esos fondos europeos. Lo que sabemos con certeza es que llegan los fondos de la Diputación, de entorno a 1,5 o 2 millones por año. Estamos esperando que todo eso se concrete lo antes posible.

P.- ¿Tiene el ayuntamiento capacidad para gestionar un volumen de dinero que multiplicaría por diez lo habitual?

R.- Ciertamente, en este momento no. Pero estamos trabajando en la creación de un equipo específico para hacerlo. Todos esos recursos exigen procedimiento administrativo, informes, plazos, condiciones... Ese equipo daría apoyo a los servicios de intervención, secretaría y urbanismo, que son los que habitualmente se ocupan de ese trabajo. Si dejáramos a esos servicios como están ahora nos frustraríamos bastante.

P.-Además de ser capaz de gastarlo hay que hacerlo bien. ¿Cómo y en qué se ha empleado el presupuesto de 2020?

R.- La pandemia nos ha obligado a hacer una política de urgencias, además de ir solucionando los coletazos de la anterior crisis económica. En el primer aspecto, hemos desplegado cinco líneas de trabajo para que nadie caiga en la exclusión social. Hemos priorizado la creación de empleo, una parte son trabajos eventuales y rotatorios y otra estables con formación. Estamos garantizando el derecho a la vivienda con ayudas al alquiler para colectivos vulnerables y tenemos pactado con Cáritas y Cruz Roja garantizar la alimentación y los suministros básicos. Trabajamos en el apoyo al tejido productivo y al comercio, que están sufriendo mucho los golpes de la crisis sanitaria. Por último, se han empleado muchos recursos en mantener y conservar los servicios públicos, que ahora tienen que estar más fuertes que nunca. Hemos ampliado el servicio de ayuda a domicilio, lo mismo que a personas con discapacidad, educación y transporte. Es verdad que la crisis sanitaria acapara la atención, pero el plan de emergencia social tiene una dotación de 120.000 euros y supone un total de 60 contrataciones. El equipo de ayuda a domicilio ha pasado de 35 a 40 auxiliares.

P.- ¿De qué manera ha afectado la pandemia a la economía del pueblo?

R.- De forma diferente a cada sector. Está claro que a la agricultura no. A la hostelería, celebraciones y comercio, mucho. Ha sido fundamental que la agricultura funcione bien, aunque siempre está sujeta a la incertidumbre y este año especialmente por los cambios en la PAC.

P.- ¿A qué atribuye el repunte de la construcción?

R.- Hay un importante ahorro de las familias que se está invirtiendo en mejorar las viviendas. Queremos vivir mejor, eso está claro. Es bueno porque esa actividad de la construcción revierte en el resto de los sectores económicos. Los albañiles ahora no tienen que salir fuera para trabajar y eso significa fijación de la población y mejoras en la economía local.

P.- Algunos análisis dicen que falta dinamismo económico, que la gente está sumida en la resignación.

R.- No comparto esa visión, muy alejada de la realidad. Fuentes tiene un dinamismo como nunca ha tenido. Lo que veo en mis visitas a las empresas es dinamismo y proyectos de ampliación. La última visita ha sido a una empresa de servicios a la agricultura que planea pasar de 30 a 100 empleados. Otra empresa, dedicada a las energías renovables, está creando nuevas maquinarias para ganar mercado. La zona comercial de la entrada de Fuentes, en la rotonda, se ha vendido en un año y las licencias de actividad se han duplicado en estos dos años de legislatura. Es verdad que quizá falte darle más visibilidad a todo eso, pero dinamismo hay mucho en Fuentes.

P.-Entonces, ¿qué pasa con el polígono, casi abandonado?

R.- El polígono arrastra dos problemas graves de origen. Primero porque el ayuntamiento de entonces renunció a la propiedad del suelo público que poseía, a cambio de trabajos de asfaltado en el pueblo, y segundo porque perdió la oportunidad de darle un acceso directo desde la autovía. Eso ha hecho que el polígono no sea atractivo para las empresas. A efectos de trámite, tenemos resulto el acceso, aunque habrá que ejecutarlo. Y vamos a ampliarlo para que el ayuntamiento tenga suelo público que ofrecer a las empresas a un precio atractivo. Porque el problema que tenemos es que en Fuentes no hay suelo industrial. Vamos a hacer un micro polígono al lado del Calvario para pequeñas y medianas empresas y a mejorar el de la autovía para grandes empresas.

P.- Parece contradictorio tener el polígono infrautilizado y plantearse ampliarlo.

R.- Depende de lo que se busque. Lo que necesitamos es disponer de suelo en manos del ayuntamiento para ofrecerlo a precio competitivo. Como alcalde no puedo ofertar a las empresas suelo del polígono como puedo hacerlo con viviendas a 65.000 euros a los vecinos de Fuentes. Todo el suelo es privado y está en manos de pocas empresas. A nosotros nos sorprende mucho que en el polígono no haya suelo en venta ni movimiento en ese sentido.

P.- En el capítulo de empleo, se critica al ayuntamiento diciendo que siempre son los mismos quienes acceden a los trabajos municipales.

R.- Esa es una crítica al uso. Entiendo que haya esa percepción, pero invito a quien diga eso que venga al ayuntamiento y le enseñaré las contrataciones que ha habido y el sistema de rotación que existe. Eso, a pesar de que el sistema de rotación es muy complejo debido a las diferentes vías desde las que se accede: el SAE, el PER, la bolsa de empleo del ayuntamiento o el plan de emergencia de servicios sociales. ¿Que puede haber un pequeño margen de error? No lo dudo, todo es mejorable. ¿Por qué ese margen de error? Porque se está repartiendo mucho trabajo y puede haber algunas duplicidades en las contrataciones. Por ejemplo, puede ocurrir que el SAE te dé un mes de trabajo y que a continuación te corresponda entrar por la bolsa del ayuntamiento. A veces eso lo podemos corregir, pero otras veces no porque los tiempos los manejan otros. Lo que decimos es que este equipo de gobierno ha creado más empleo que ninguno. Somos los primeros que hemos hecho la relación de puestos de trabajo desde 2001 y estamos procediendo a su regularización.

P.-El tráfico en Fuentes es bastante caótico. ¿Tiene soluciones el ayuntamiento para esa realidad?

R.- Yo creo que sí. Tenemos dos líneas de trabajo. Una es la concienciación, pero no parece suficiente. La política de movilidad del ayuntamiento se llama pacificación de los espacios urbanos y recuperarlos para los peatones. Lo vamos a hacer mediante elementos como instalar maceteros, mobiliario y pintura que sirvan para delimitar los lugares del peatón. Lo mejor será poner un ejemplo concreto. En el tramo de la calle Mayor que va desde la heladería hasta el ayuntamiento no se podrá aparcar. En este momento, ese tramo es un caos que afecta a la convivencia y tiene que desaparecer. Desde el centro comercial hasta la plaza de Andalucía habrá un carril para el paso de los coches, el resto será para los peatones.

P.- ¿Peatonalizaciones?

R.- Sí, pero con mucha prudencia, de forma progresiva y consultando a la ciudadanía.

P.- La ciudadanía siempre ha rechazado las peatonalizaciones.

R.- Es cierto, pero al final las acaba aplaudiendo. Nosotros queremos hacerlo, pero contando con los ciudadanos. Independientemente del resultado final, lo importante es explicar las cosas a la ciudadanía. Las formas importan.

P.- Hay grandes obras: Castillo del Hierro, paseo de la Plancha, Mercedarias, ayuntamiento... Dónde queda el urbanismo cotidiano, los baches de las calles, la limpieza, el mantenimiento de las aceras...

R.- Eso está presente en el día del ayuntamiento. Tenemos un portal que se llama "Línea Verde", que recibe esas propuestas de la población. Pues bien, el 80 por ciento de esas peticiones se resuelven de forma positiva. Es verdad que las quejas vienen del otro 20 por ciento, pero hay que tener en cuenta la necesidad de responder a la vez a mucha gente. No son los resultados que queremos, pero son satisfactorios en líneas generales.

P.- Fuentes está falto de árboles, escasea la sombra.

R.- Fuentes tiene muchas zonas verdes, tenemos importantes parques como la Alameda, el parque de los Luchadores por la Libertad, el paseo de la Plancha, calle Ancha...

P.- Sí, eso es cierto. Pero por las calles no hay un árbol que las embellezca ni una sombra bajo la que protegerse del sol.

R.- Eso es diferente. La trama urbana de Fuentes tiene unas limitaciones concretas. La calle Ancha tiene árboles, lo mismo que Santa Ángela. Ahora vamos a hacer un parque central en el salón de la Huerta. Estamos creando zonas verdes, pero teniendo en cuenta la trama urbana que hay. El parque central va a ser una zona verde y de esparcimiento en pleno corazón del pueblo. Otro modelo ligado a las calles se puede estudiar, por ejemplo, en el proceso de pacificación del tráfico rodado.

P.- Los jóvenes se siguen teniendo que ir de Fuentes. ¿Tiene eso arreglo?

R.- El problema hay que situarlo en sus justos términos. Los jóvenes se están yendo de Andalucía y de España. El ayuntamiento de Fuentes no puede hacer frente a un problema que es general. Con todo, Fuentes creó en 2009 una bolsa específica para jóvenes con la que se trata de dar una oportunidad a quienes terminan sus estudios trabajando en los servicios municipales. Ahora hemos creado un polo de innovación para jóvenes de la mano del grupo Sapiens de investigación y formación en el campo de los cuidados. El proyecto "Con Salud" también permite a jóvenes licenciados en ramas sanitarias y de deportes trabajar en Fuentes atendiendo a la necesidad de ejercicio físico. Claro, es poco para el porcentaje de los jóvenes que tienen que irse. Pero estamos satisfechos de que gran parte de los empleados del ayuntamiento es joven, lo mismo que el empleo comunitario.

P.- ¿Qué le sobra y qué le falta a Fuentes?

R.- Yo quiero a Fuentes con los virtudes y con sus miserias. Es cierto que a veces me cabreo con algunas cosas. Aquí pasan cosas que no nos gustan, como el maltrato, la xenofobia, el racismo... Esas cosas me hierven la sangre, pero tengo que aceptar que este es mi pueblo. Eso sobra. En cuanto a lo que le falta a Fuentes, no sé qué responder. No puedo decir que está todo perfecto, aunque no sabría decir el qué. Lo que puedo decir es que si supiera algo que le faltase, iría a buscarlo.