Ana Caro es una joven fontaniega que brilla por su preparación, su responsabilidad, su compromiso y su generosidad. No es la única, ni mucho menos, pero ella destaca porque forma parte del equipo que ha llevado al voleibol femenino a alturas nunca antes alcanzados. En ese sentido, con apenas 23 años, Ana tiene clara la responsabilidad que carga sobre sus espaldas como ejemplo a seguir por otras muchas niñas, adolescentes y jóvenes. Ana es de Fuentes y del Fuentes. Por eso siente el orgullo de llevar cuatro años paseando el nombre de su pueblo por las canchas de media España. Estar en primera nacional no es algo habitualmente al alcance de pueblos del tamaño de Fuentes. Como todas sus compañeras y todo el club, Ana Caro sueña ahora con el ascenso a la Superliga 2, un nuevo escalón en la notable trayectoria de conquistas deportivas.

Pregunta.- Deportivamente habéis conseguido el ascenso. ¿Conseguiréis el apoyo económico y social que necesitáis ahora?

Respuesta.- Yo confío en que sí. Ganas tenemos muchas y ahora es el momento para evitar que pase como el año pasado, que tuvimos que renunciar por razones económicas. Renunciar otra vez nos impediría seguir mejorando y las deportistas no podemos dejar de perseguir la mejora porque, de lo contrario, nos faltaría la ambición de ganar. Subir a la Superliga 2 sería lo suyo.

P.- ¿Qué le dirías a los fontaniegos en este momento?

R.- A los fontaniegos les diría que se animen a vivir el voleibol desde más cerca. Les ofrecemos la oportunidad de ver partidos de calidad en los que disfrutarán de un espectáculo deportivo y de un ambiente muy jovial. Nosotros, como club y como equipo, necesitamos de ellos para darle más visión a nuestra pasión, que es el voleibol. En resumidas palabras, les diría que se animen a apoyar al club que seguro que no se arrepentirán.

P.- ¿Quién es Ana Caro?

R.- Una joven fontaniega inquieta, responsable, comprometida y deportista. He estudiado Traducción e Interpretación de Inglés y Francés en la Universidad Pablo de Olavide, he hecho un Erasmus en París y un máster de capacitación para profesora de lengua extranjera. Quiero dedicarme a la enseñanza y doy clases de inglés en prácticas a los alumnos del instituto. Por eso voy a preparar oposiciones y el curso que viene haré otro máster que me habilitará para dar clases en escuelas de idiomas, institutos y formación profesional. Soy hija de Sebas el herrero del barrio la Rana y de Inmaculada la Pulga.

P.- Sobradamente preparada y deportista. De dónde has sacado tiempo para tantas cosas.

R.- Es cuestión de organizarte y no es necesario renunciar a nada. Saco tiempo para estudiar, para el deporte y para salir con mis amigos. A la hora de la diversión he hecho todo lo que tenía que hacer, aunque haya habido noches en las que en vez de recogerme a las seis de la mañana me he recogido a las dos de la madrugada. Pienso que las fiestas siempre van a estar ahí, lo mismo ahora que cuando tenga 35 o 40 años. Así que tengo tiempo para salir con los dos grupos que tengo, uno de amigas de Fuentes y otro de amigas de voleibol. No me veo dejando de lado ninguno de los dos.

P.- ¿Comprometida y perfeccionista?

R.- A veces me gustaría ser menos responsable, pero soy como soy. Me gusta hacer bien las cosas con las que me comprometo porque para hacerlas mal, mejor no las hago. Por eso llevo trece años jugando a voleibol, ocho en el equipo actual. Me implico mucho en lo que hago y somos un grupo de deportistas que aspira a jugar mejor cada partido y eso nos enseña muchos valores. Por ejemplo, el trabajo en equipo, el esfuerzo colectivo y la organización de nuestro tiempo. Tal vez es raro, pero soy así y quiero seguir siéndolo.

P.- ¿Te sientes reconocida?

R.- En mi entorno, sí. También mucha gente me para en la calle y me anima a seguir trabajando por el bien del club de voleibol. Es verdad que el club debería recibir más apoyo social, pero ese camino lo estamos recorriendo y esperamos que Fuentes se vuelque con la campaña que vamos a realizar para recaudar los fondos que nos permitan hacer realidad el sueño del ascenso a la Superliga 2. Tenemos que ser realistas y saber que el voleibol no es un deporte de masas, pero en este caso nuestra propuesta va más allá del voleibol porque consiste en lanzar nuestro pueblo a la élite de una competición nacional. Fuentes tiene que demostrar ahora que está a la altura de las aspiraciones de su club.

P.- Como entrenadora de las categorías infantil y cadete, ¿cómo ves a las futuras jugadoras?

R.- Las veo muy motivadas y preparadas. Hay ganas de competir y comprometerse con el club. Ten en cuenta que en Fuentes jugamos al voleibol nada menos que unas 165 personas, sumando las diferentes categorías y los chicos y las chicas. Para un pueblo como Fuentes eso es muchísimo, lo que denota el buen trabajo realizado durante cuarenta años. El entusiasmo es general entre las chicas, de forma especial en la categoría infantil. Muchas me dicen que quieren ser como yo cuando sean grandes. Cuando llegan a los once, doce y trece años la cosa decae un poco porque descubren otras cosas, pero aún así hay ganas de darle continuidad al club. Tenemos que encontrar la manera de que algunas superen la crisis adolescente sin alejarse de este deporte.

P.- ¿Qué les dirías desde este periódico?

R.- Que se apunten las que aún no están y las que están, que sigan porque merece la pena. Este deporte no es una actividad con la que llenar un tiempo muerto. Los padres deben saber que el voleibol es para sus hijos e hijas una potente herramienta de crecimiento personal y social, una forma de adquirir valores como el trabajo en equipo, la sociabilidad, el compromiso, la responsabilidad y la superación de dificultades. Aunque pueda parecer lo contrario, el voleibol da más satisfacciones que el esfuerzo que pide a cambio.