Hoy en día muchos jóvenes españoles no saben ni siquiera quién fue Francisco Franco y mucho menos cómo accedió al poder y cuál fue su trayectoria política. ¿Quién tiene la culpa de esta ignorancia? Los poderes públicos, sobre todo el Ministerio de Educación que no ha realizado programas educativos para que nuestros jóvenes estudien la verdadera historia de España en los últimos años. El programa de Geografía e Historia de la ESO trata los contenidos de la dictadura y de la transición en tres temas de 2º de bachiller. Abro el libro de Historia de España de este curso y compruebo que el tema 15 se titula El franquismo, una larga posguerra (1939-1959), el tema 16 es El franquismo: desarrollo económico y transformaciones sociales (1959-1975) y el tema 17 La transición política y la España democrática (1975-1996). Tres temas que como mucho se darán al final del curso, si es que se dan, y con prisas porque se aproximan los exámenes de las pruebas de acceso a la universidad.

Hay que decir que tras la sublevación del ejército africano el 17 de julio de 1936, asume la dirección del levantamiento militar la Junta de Defensa Nacional, órgano constituido el 24 de julio de 1936​ por los militares sublevados en el fallido golpe que dio lugar a la guerra civil española y que asumió "todos los poderes del Estado" en el territorio controlado por los sublevados. Tras la muerte de los generales Sanjurjo y Mola en accidentes de aviación cuando se trasladaban a Burgos, se nombra como jefe de la referida junta de defensa al general Franco, que irá asumiendo todos los poderes y será nombrado generalísimo de los ejércitos el 1 de octubre de 1936, extinguiéndose la anterior Junta. Franco tiene el poder absoluto.

Según varios historiadores, el franquismo se puede considerar como un nuevo régimen político y forma de Estado. Una ideología mantenida por ciertos políticos, intelectuales y propagandistas. Como régimen político, tomó elementos de las monarquías absolutas, desaparecidas en virtud de las tendencias políticas emanadas de la Revolución francesa; de la doctrinas militares, que habían servido para inculcar el carácter y la mentalidad del dictador; de los estados fascistas, Italia y Alemania, de los que asimiló sus doctrinas basadas en el totalitarismo, nacionalismo extremo, supremacía del estado sobre el individuo y el liderazgo carismático; de los regímenes teocráticos, que unían el poder religioso y estatal con leyes basadas en dogmas religiosos y en la legitimidad divina del gobernante. El franquismo se nutrió del pensamiento conservador eminentemente católico, de la defensa del nacionalismo centralizado y de imposición a ultranza de la iglesia y del catolicismo.

Para dotar al régimen franquista de contenido político se redactaron y publicaron las Leyes Fundamentales del Estado. Siete leyes para organizar la vida política, social y económica del país: el Fuero del Trabajo, en 1938; la Ley Constitutiva de las Cortes, en 1942; El Fuero de los Españoles, en 1945;  la Ley del Referéndum Nacional, en 1945; La Ley de sucesión de la jefatura del Estado, en 1947;  La Ley de principios del movimiento, en 1958, y la Ley Orgánica del Estado, en 1967. Formaron el cuerpo legislativo del franquismo. Todas estas leyes fueron decretadas por el dictador y sus adláteres y dictaban normas para el sometimiento de los españoles y españolas al poder emanado de la jefatura del Estado.

Desaparecieron los partidos políticos tradicionales y los sindicatos. Solo se permitió la vida política de dos partidos políticos que habían estado en su bando durante la fratricida guerra, Falange Española y las JONS, a los que unió en 1937. Sin embargo, no autorizó al partido carlista porque su idea de continuidad del régimen pasaba por seguir la estela monárquica de los descendientes de Alfonso XIII. También formó el llamado sindicato vertical, en cuyo seno estaban representados empresarios y trabajadores, pero era dirigido por los representantes de los empresarios. Los sindicatos defensores de los trabajadores fueron declarados ilegales.

Miguel Ángel Ruiz Carnicer, catedrático de Historia Contemporánea de la universidad de Zaragoza en su obra El Sindicato Español Universitario (SEU) dice que “debemos afirmar desde el principio la consideración del régimen franquista como fascistas, sin que podamos decir que el fascismo español como organización partidaria fracasó ya desde la etapa republicana y que no cuajó lo pretendido por aquel partido que luego sería el único permitido por el franquismo, Falange Española. Esto no impidió que se proyectara un régimen de tipo fascista, con métodos e ideas claramente inspirados en los movimientos fascistas europeos y, sobre todo, una coincidencia en su esencia: la desmovilización de la clase obrera y su sometimiento a partir de unos mecanismos determinados y el freno a la modernización de la sociedad”. Para el control de la sociedad y de los movimientos opuestos al régimen se establecieron la censura de prensa escrita y radiofónica a fin de evitar la libertad de comunicación, la prohibición de reunión, las manifestaciones e incluso estaban censuradas las películas a fin de conservar la moral católica.

En la vida municipal, hasta el año 1948 los ayuntamientos estuvieron gobernados por gestoras nombradas por el ministerio de Gobernación o por el gobernador civil. A partir de la publicación de la Ley de Bases de Régimen Local, que buscaba lo que se ha denominado democracia orgánica, los ayuntamientos se van a componer con concejales elegidos por los ciudadanos mayores de edad, por tercios: familia, sindicato vertical y entidades locales. Los alcaldes designados por los poderes públicos no tenían que ser concejales. Las elecciones eran una pantomima ya que los representantes de los tercios eran nombrados por los organismos a los que pertenecían y fuera de ellos era muy difícil que cualquier ciudadano pudiera acceder a ser candidato. Las primeras elecciones municipales del régimen franquista se produjeron en 1948 y se realizaban cada 3 años, en ellas se elegía la mitad de la corporación. El sistema estaba diseñado para garantizar el control burocrático del proceso electoral. La campaña electoral no era de confrontación y se presentaba como un ejercicio administrativo, no político. Las mujeres fueron adoctrinadas por la Sección Femenina, organización que marcaba las directrices de las que debían ser buenas madres y esposas.

En cuanto a la economía, hay que destacar que la victoria de Franco en la guerra tuvo unas consecuencias económicas muy negativas, ya que en los primeros años sometió a la población al hambre y a la miseria. Los efectos destructivos de la guerra tuvo para los sectores productivos, sobre todo en la agricultura y en la industria fueron brutales. Pero también tuvo gran influencia en ello la política autárquica o de autosuficiencia económica. La lentitud de la recuperación económica fue por el carácter intervencionista del Estado, que controlaba directamente el mercado y los productores estaban obligados a venderle a un precio fijado de antemano. Esto provocó que muchos de los productores de alimentos, ante los precios tan bajos que marcaba el Estado, preferían esconder sus productos para venderlos posteriormente en el mercado negro. Los estraperlistas realizaban las transacciones al margen de la ley. Se produjo un desabastecimiento generalizado de alimentos y proliferaron colas para buscarlos, lo que obligó a mantener las cartillas de racionamiento hasta abril de 1952. A partir de 1959 se produjo un crecimiento económico al iniciarse una apertura al exterior y ser aceptado por los países europeos de nuestro entorno. Este crecimiento económico fue el resultado de la expansión dominante en la Europa más desarrollada y de la base industrial interna consolidada a lo largo del siglo.

El franquismo se mantuvo como dictadura, enquistada por su inmovilismo político. Su incapacidad reformista frenó los intereses de modernización, mientras la represión era la única respuesta a las nuevas demandas de una sociedad cada vez más formada cultural y políticamente. Todo ello precipitó la crisis del régimen y ya fue imposible su continuidad una vez muerto Franco. Año antes de su muerte habían caído las otras dos dictaduras existentes en el territorio europeo: Portugal y Grecia. No podemos nada más que rechazar el régimen franquista por su violencia, su larga duración y su represión de las libertades y derechos de los ciudadanos.