Si el fútbol es considerado el deporte estrella, el baloncesto podría ser el satélite que gira en su órbita. En Fuentes hay dos clubes, uno de ellos nacido de la escisión provocada por un desacuerdo fruto de la pandemia de covid. Lo más probable es que la vuelta a la normalidad traiga la unificación. La práctica de algún deporte es una necesidad en todas las edades, pero especialmente en los niños y jóvenes. Al menos medio centenar de niños y jóvenes practican este deporte en Fuentes, uno de cuyos entrenadores es Ramón Mensua, cordobés de nación y fontaniego de adopción.

Pregunta.- Dice el mito que para jugar al baloncesto hay que ser muy alto.

Respuesta.- La altura ayuda, como en todos los deportes, pero no es imprescindible. Lo que importa no es tanto el tamaño como la coordinación, la habilidad podríamos decir. Cada uno tiene sus límites, pero las cualidades de cada persona se pueden potenciar.

P.- ¿Hay buenos deportistas en Fuentes?

R.- Podría haberlos mejores si se potenciara el deporte y Fuentes tuviera mejores instalaciones. Hay chicos y chicas con muchas ganas, cada semana se suman algunos nuevos. Es verdad que hemos pasado una época desastrosa por el covid, aunque ahora estamos empezando a remontar. Al principio de la temporada empiezan pocos, pero el número va aumentado poco a poco. Si el polideportivo estuviera al lado del campo de fútbol habría más jugadores de baloncesto.

P.- A ver, explícame mejor eso.

R.- Sí, los chavales quieren hacer el deporte que ven. La mayoría, lo sabe todo el mundo, quiere jugar a fútbol porque es lo que ve en todas partes. El fútbol lo inunda todo. Sin embargo, algunos pasan por el pabellón deportivo, ven jugar a sus amigos a baloncesto, prueban y se quedan. Las instalaciones y su ubicación son fundamentales.

P.- El pabellón tiene un aspecto magnífico.

R.- Pero la pista está en muy mal estado, en fase terminal. La goma es fina como el papel de fumar. Comprendo que es caro cambiarla, pero hace falta hacerlo porque no reúne las condiciones mínimas para practicar deporte. Además, el pabellón carece de almacenes para guardar los equipamientos y eso obliga a tenerlos siempre por medio, estorbando. Se hicieron dos campos de baloncesto al aire libre, pero que no reúnen las medidas homologadas que exige el reglamento. Lo dijimos en su momento, pero nos respondieron que no había dinero que era mejor así porque al menos habría dos campos. Ahora no se pueden utilizar en ninguna competición oficial. Habría que aumentarles metro y medio, pero ahora no hay dinero para eso.

P.- ¿Por qué hay dos clubes de baloncesto en Fuentes?

R.- Por una diferencia de criterio ocurrida durante la pandemia. Una parte del club quiso seguir jugando en 2020, con la pandemia, y otra parte decidimos parar todo hasta que se solucionara el problema. Para seguir en la competición federada necesitaban tener un club que les respaldara y por eso crearon el club de Amigos del Baloncesto. Y siguen jugando. Tenemos excelentes relaciones y, de hecho, mi hijo Nacho juega en ese equipo. Yo creo que esto acabará pronto, en cuanto vuelva la normalidad, con una reunificación.

P.- ¿En qué categoría están los equipos de Fuentes?

R.- Nuestro club tiene la Escuela Deportiva, un equipo senior que compite en la liga Sierra Sur y dos infantiles, uno masculino federado y uno mixto mancomunado. En total, unos 50 deportistas de distintas edades y categorías. El otro club tiene un equipo senior federado. Aquí no buscamos competir, sino que chicos y chicas hagan deporte.

P.- ¿Qué tiene el baloncesto que no tenga el fútbol?

R.- El baloncesto exige mucha capacidad de reacción, mucha rapidez. Las jugadas son instantáneas. Otro rasgo diferenciador es que aquí no caben los individualismos. El equipo domina sobre el individuo. Si uno lo intenta, que al principio siempre ocurre, choca con los otros cuatro miembros del equipo. Los individualistas suelen ser los mejores jugadores, pero son los primeros en fracasar porque nadie le acompaña. El baloncesto también impone mucho desgaste. Hay que saltar, correr, defender, atacar...

P.- ¿De dónde le viene a Ramón Mensua la afición por el baloncesto?

R.- Empecé a jugar en Córdoba, en sexto de EGB, con Alfonso Guerrero como entrenador. Alfonso era una institución, muy querido, en el mundo del baloncesto cordobés. Yo estaba en el colegio de los salesianos y el me pidió que jugara, probé y me gustó. Así que hasta hoy. En Córdoba había mucho ambiente deportivo entre los colegios salesianos, maristas, carmelitas, de la Salle. Don Bosco era un apasionado de los niños y del deporte. Yo recuerdo el colegio de los salesianos abierto hasta las diez de la noche y lleno de chavales haciendo distintas actividades. En Fuentes, el pabellón de la Estación viene a cumplir una función parecida.

P.- ¿Con qué sueña Ramón Mensua?

R. Con no sufrir cada año con los dineros. Nos faltan medios y estamos tres personas, Eugenio Ruiz, Carlos Moreno y yo, dedicadas a sacar adelante este deporte para beneficio de los chicos y chicas. Le dedicamos muchas horas de nuestro tiempo. En mi caso, al menos hora y media de entrenamiento tres días de la semana, más las mañanas de los sábados para los partidos. Pero la verdad es que no pesa porque uno lo hace por gusto.