Aún resuenan los ecos del carnaval por la Carrera cuando El Sahumerio presenta, como cada año, su cartel de Semana Santa. En esta ocasión obra de Miguel Caiceo, actor, humorista, anticuario y pintor. Sí, el que da vida a Doña Paca. Imitador de Lola Flores, amigo de la Pantoja y algo de poca vergüenza, según su propia confesión. El cartel quiere ser una mezcla de tradición y modernidad, la suma de los ladrillos de los Ruiz Florindo, la torre más bonita de la Campiña y una fotografía del Cristo de la Humildad hecha en blanco y negro por Díaz Custodio, el fundador de la fábrica de la luz de Fuentes. Hecho al modo picassiano.

Humildad y paciencia ha recetado Miguel Caiceo a este mundo convulso que la pandemia, en su agonía, ha puesto sobre la mesa de Europa. Ucrania en los corazones. Tragedia sobre tragedia. Angustia y desconsuelo. Palabras vertidas este medio día en un centro catequético lleno por el Fuentes de pro, bien pensante y bien creyente, para asistir a la presentación del cartel de El Sahumerio. Ganas de ver los pasos en procesión, añoranza de los sones de las marchas procesionales por la calle Mayor arriba. Dos años sin procesiones. Ya toca. Diecinueve años de tertulia El Sahumerio, tanto tiempo acogido a la hospitalidad de Hilario y ahora "arrecogío" en la antigua casa de don Cipriano.

El capillismo se da cita en la Carrera. Incienso y recogimiento. Chaqueta, corbata y mocasín. Pañuelo en la solapa. Exaltación de la "semana de la vida". Versos de pasión con tono de pregón cofrade. Para el fondo del cartel de El Sahumerio, su autor ha elegido un atardecer en la Campiña y los perfiles de los dos conventos de clausura que conserva Fuentes, ya deshabitados. El universo visto desde la azotea de la casa de Honorio Aguilar, el prócer más citado del acto. Después del autor del cartel, claro. Urdidor de encuentros barrocos y sentimientos de religiosidad popular. Mientras, por la calle ya se entrevé la borriquita subiendo la cuesta.