Por escaparates y muros de comercios y bares, por las redes sociales o en los tablones de anuncios de las iglesias y casas de hermandad luce desde hace unos días el cartel de “El Sahumerio 2022”, que anuncia –según esta tertulia cofrade fontaniega– la inminente llegada de una anhelada Semana Santa. El cartel lo ilustra una vanguardista obra del polifacético artista Miguel Caiceo, que ha dado una especial relevancia a la arquitectura de los Ruiz Florindo; un guiño de la tertulia para sumarse a la conmemoración del Año Florindo, que a lo largo del presente impulsará el ente municipal fontaniego.

El centro de la arriesgada obra pictórica mixta lo ocupa la portentosa imagen del Señor de la Humildad, titular de la cofradía homónima con sede en la Ermita del Postigo. La fotografía muestra la talla completa del Cristo, con el juego de potencias y corona de espinas de plata del siglo XVIII, sin caña, en un perfil buscado para poder apreciar el rostro. La soga al cuello, en varias vueltas, cuyos extremos caen por su lado izquierdo, tras la pierna en la que apoya el característico brazo en el que Jesús de la Humildad sostiene absorto su cabeza. Y como último detalle, una tela adamascada recubre la peña sobre la que Cristo toma asiento. Tras Él, un arrugado paño hace de telón de fondo.

La misma se trata de una fotografía inédita, realizada en los primeros años del siglo XX por Juan Nepomuceno Díaz Custodio, y muy probablemente la instantánea más remota de las que a la fecha se conocen del Señor de la Humildad.


¿Y quién fue esta persona? Pues si al salir de “las monjas” usted enfila la calle Mayor, en la fachada de la casona que se sitúa a su izquierda podrá leer en un azulejo: Fábrica de electricidad, fundada en 1904 por Juan N. Díaz Custodio. Pues a este ecijano, nacido en 1875, debemos la preciada foto.
Licenciado en Derecho, que nunca ejerció, compaginó sus estudios superiores con los de Física, convirtiéndose en un destacado especialista en energía eléctrica. Fotógrafo aficionado, desde principios de siglo atesoró numerosos premios de certámenes fotográficos nacionales e internacionales. Instaló fábricas de electricidad en varios pueblos andaluces, entre ellos Fuentes, y experimentó en la aviación y en la radio.

Reconocido internacionalmente por sus retratos, Díaz Custodio dominó de forma inusual la técnica del contraluz, lo que para cualquier fotógrafo era un reto, consiguiendo dar bellísimos detalles en las sombras, siendo reconocido como el mejor retratista de la escuela sevillana.

Un hombre pionero en muchos campos, un erudito adelantado a su tiempo, que se postró ante la portentosa efigie del Señor de la Humildad para inmortalizarlo tal y como lo podemos observar y venerar en esta preciosa fotografía con más de un siglo de existencia.

Posiblemente sería en la sacristía de la Ermita, colocando al Señor sobre una pequeña mesita, tal como se observa en la fotografía original. Y no fue la única estampa inmortalizada, pues en el valiosísimo archivo de Díaz Custodio se conserva una segunda placa estereoscópica de un primer plano del Señor, a modo de retrato, en el que el Cristo se muestra sin potencias y con la soga o cordón hacia su lado izquierdo.


Don Juan, que era la forma en la que sus contemporáneos lo nombraban, era bisnieto de la fontaniega Pilar Armero Almazán –nacida en Fuentes en 1781– y nieto de Juan Nepomuceno Díaz Armero, a la sazón primo hermano y posteriormente cuñado de Francisco Armero Fernández de Peñaranda, el general Armero.
Coincidiendo con la instalación de la fábrica de electricidad de Fuentes, Juan N. Díaz trasladó su residencia a Fuentes durante un tiempo, acompañado de su mujer Lola Gálvez Lagrera, y una hermana de esta, Pastora.

Fue el 1 de enero de 1905 cuando quedaría inaugurado el primer servicio de alumbrado eléctrico público fontaniego, que había sido adjudicado en subasta pública en agosto de 1904 a Juan N. Díaz Custodio y José Piñero Fraile por un periodo de veinte años, únicos postores que concurrieron a la convocatoria. Y no era este el único hecho relevante que Fuentes gozaba en estos meses, rodeado de un panorama de penuria, hambre y una pertinaz sequía que provocó un desconsolador paro obrero.

El 23 de septiembre de 1904, mientras los operarios de don Juan tendían el cableado eléctrico por las calles de Fuentes, en el barrio del Postigo las Hermanas de la Cruz inauguraban su convento, asentándose en el antiguo arrabal dieciochesco, aledaño a los viejos muros de la Ermita de San Francisco, la casa del Señor de la Humildad.
Pronto entablaron cariño y apego los Díaz Gálvez con las primeras hermanas que llegaron a Fuentes, en especial Pastora. Ello les llevó a conocer personalmente a sor –santa– Ángela de la Cruz en sus estancias en Fuentes y colaborar en el sostenimiento del nuevo cenobio fontaniego, y sería a través de las propias hermanas de la Cruz como Juan N. Díaz llegaría hasta el Señor de la Humildad, e inmortalizarlo. Muy probablemente, sería la primera cámara fotográfica de la historia que entrara entre aquellos paredones, y de tal forma quedaría prendado Díaz Custodio, que terminó formando parte de la nómina de hermanos de la Humildad, así como posteriormente algunos de sus hijos, los Díaz Gálvez.

Tal fue el reconocimiento y admiración del matrimonio Díaz Gálvez por la magnífica labor que las hermanas de la Cruz desarrollaban, que no cesaron en su empeño hasta conseguir que las hijas de sor Ángela abrieran casa en su Écija natal.

NOTA: Mi gratitud a la familia de Juan N. Díaz Custorio, herederos de su legado, y a Julio Arturo Cerdá, custodio de la valiosísima colección fotográfica.

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA:
ARCHIVO PARROQUIAL. Acta de bautismo de María del Pilar Armero Almazán. 13 de octubre de 1781.
CERRO RAMÍREZ, Jesús. I Centenario del alumbrado eléctrico en Fuentes de Andalucía. Revista de Feria de Fuentes de Andalucía 2005. 2005, IIª época, p. 43-45.
FREIRE GÁLVEZ, Ramón. D. Juan N. Díaz Custodio: Écija, de siglo a siglo. Écija: Gráficas Sol, 1994.
MORENO DE LOS RÍOS DÍAZ, Ramón y CERDÁ PUGNAIRE, Julio. Juan N. Díaz Custodio: el genio de la luz (1893-1912). Écija: Asociación Amigos de Écija, 2016.