Este fontaniego de 17 años llegó al fútbol por vocación, al Sevilla FC por devoción y a la portería por seguir los pasos de su padre, Antonio, que defendió la portería del Fuentes CF hace años y que llegó a jugar en los juveniles del conjunto sevillista. Lo conocían por “Choco”, por eso Alberto sabe que le llaman “Choquito”. Ahora “Choco” es bombero y “Choquito” busca su futuro en el fútbol. Este año ha debutado con el Sevilla Atlético saltándose dos categorías, la del juvenil de División de Honor y el Sevilla “C”. Fue convocado para el partido frente al Lorca, pero estuvo en el banquillo. Sí jugó el encuentro frente al filial del Cádiz. Hace una semana se proclamó campeón de la categoría con el Sevilla Juvenil B.

Pregunta.- ¿Qué tal el debut?

Respuesta.- Fue el 25 de abril, no lo olvidaré. Alfonso estaba con el primer equipo y Adrián lesionado. El entrenador, Paco Gallardo, me dio la oportunidad. Tuve buenas sensaciones pero perdimos, por lo que me quedé con un sabor agridulce.

P.- ¿Tienes contactos con la primera plantilla?

R.- Entreno con ellos a veces. Lo que más sorprende es la cercanía de trato de unos grandes futbolistas. De cerca son muy distintos a como los vemos en televisión.

P.- ¿Te ves defendiendo algún día la portería del Sánchez Pizjuán?

R.- El Sevilla FC es el equipo de mi vida. Desde la cuna. Sé que triunfar aquí es difícil, pero me gustaría. Sueño con ello. Esa es mi ilusión porque mejor que aquí, en ningún lado.

Además de la camiseta de su debut con el Sevilla Atlético, Alberto Flores guarda con especial cariño la que llevó Andrés Palop el día de su despedida. Es uno de sus referentes. Tuvo una relación cercana y personal con él ya que era compañero de su hijo y solía asistir a los entrenamientos. Le dio consejos, le enseño cosas y en su último partido lo sacó al campo para entregarle aquella camiseta.

P.- ¿Qué significó aquel gesto de Palop?

R.- Fue uno de los días más bonitos de mi vida. Palop fue, y sigue siéndolo, mi ídolo. Guardo aquella camiseta como un tesoro por el significado que tiene. 

P.- ¿Bono, Vaclik,..?

R.- Lo que más me llama la atención de ellos es su forma de ser, su sencillez. Y es espectacular verlos con la intensidad con la que se entrenan.

P.- Eres joven pero llevas media vida en el Sevilla…

R.- Nueve años. Con ocho, Pepe Ortega me vio y me hizo una prueba. Me quedé. Mis padres, Antonio y Chari, me llevaban diariamente a Sevilla para los entrenamientos. Les estoy muy agradecido por su esfuerzo.

P.- ¿Sigues yendo y viniendo?

R.- No, ahora vivo en la academia del Sevilla FC y estudio 2º de bachillerato en el instituto Murillo de la capital. Los estudios van bien.

P.- Si te digo Fuentes…

R.- Mis raíces, mi sangre, mi gente, a los que no veo tanto como quisiera. Fuentes es sinónimo de felicidad.

P.- ¿El carnaval o la feria?

R.- Me gusta mucho el ambiente del carnaval. Y la feria con los amigos. 

P.- ¿Sigues viniendo al pueblo?

R.- No tanto como quisiera. El covid me lo impide. Estoy en la “burbuja” del club y eso me obliga a vivir con ciertas limitaciones. Lo echo de menos pero siempre seré más fontaniego que sevillano.

P.- ¿Eres portero por tu padre?

R.- Él tiene mucha culpa. Me inculcó la pasión y me enseñó muchas cosas.

P.- Me cuesta trabajo preguntarle a un joven de 17 años por el futuro…

R.- Me veo alrededor del deporte. Quiero estudiar INEF o hacer el curso de entrenador o enseñar a los que empiezan. Algo relacionado con esto que es mi vida.

Alberto Flores López ya no es aquel niño que se crió en los alrededores de la antigua estación y que peloteaba en el polideportivo de Fuentes. Ahora es un joven que intenta labrarse una historia encuadrado entre el césped, dos postes y un larguero. Acaba de renovar con el Sevilla FC hasta 2024. Una fuente importante del club me dijo que es "un chico muy centrado”. Y eso es todo un aval para triunfar en el fútbol de hoy. Su camino comenzó en Fuentes y quiere acabarlo en el Sánchez Pizjuán.