Si este periódico tuviese publicidad, cosa que no ocurre, el clic que hayas tendido que hacer para leer este artículo valdría dinero. No es el caso porque carecemos de ingresos. Si este periódico tuviese intereses políticos, el clic que hayas tenido que hacer para leer este artículo podría tener un valor en posibles futuros votos. Tampoco es el caso porque carecemos de intereses políticos. Por lo tanto, este periódico debe de ser una de esas raras cosas de internet que no cuestan dinero ni cobran tributo político. Somos una rara avis porque sólo nos mueve el interés de servicio a los lectores. Mientras el cuerpo y las ganas aguanten.

Pero casi todo lo que corre por la red, por no decir todo, tiene ánimo de lucro. Aunque a ti, querido lector, te parezca que no cuesta nada ni que te pidan nada a cambio. Lo que ocurre es que si aparentemente no pagas nada es porque la mercancía eres tú mismo. Cuando entras en cualquier lugar, del tipo que sea, activas un contador de visitas que va sumando clic tras clic hasta hacer que algún comerciante o grupo político considere interesante utilizarte como diana de sus campañas de venta o captación votos. Cuantos más clics consigan, mejor posicionados están en los motores de búsqueda de Google y, en consecuencia, más probable será que su producto salga cuando alguien rastrea algo parecido a lo que venden o promocionan.

A eso se le llama posicionamiento SEO (Search Engine Optimization, es decir optimización en motores de búsqueda) y existe toda una ciencia sobre cómo mejorar la relevancia. O sea, sobre cómo aumentar las opciones de caza en la jungla de internet. La cacería es brutal en los dos ámbitos señalados, el comercial y el político. Por eso cuando visitas un sitio luego te asaetean con mensajes del producto sobre el que has mostrado interés. Si miras algún comentario político te van a llegar mensajes que refuerzan esa misma tendencia política que pareces haber mostrado. Así, internet es hoy el principal caladero de captación de clientes y votantes. Del marketing comercial y político. El comercio lo descubrió hace tiempo y ahí están fenómenos como Amazon, Wish o Aliexpress, por citar sólo algunos ejemplos.

Los partidos políticos lo han descubierto más recientemente. Los más avispados y rápidos han sido los de extrema derecha, que faenan en ese caladero de votos con éxito más que sobresaliente. Los otros partidos se muestran torpes en ese mundo, sobre todo por escrúpulos debidos al lenguaje y a las técnicas poco éticas que imperan en la navegación por internet. Vox utiliza todas las armas en esa jungla divulgando mentiras y medias verdades que alimentan su discurso del odio. La verdad importa ahí lo mismo que una bombilla encendida a plena luz del día. Las mentiras y la red parecen haberse inventado unas para otra.

Lo mismo que el comercio y la manipulación política a gran escala, en internet proliferan los llamados "youtubers", "instagramers" "tuiteros", "facebuqueros" y otras yerbas, cuya tarea consiste, salvo excepciones, en atraer tráfico a sus canales por medio de polémicas. El procedimiento es el siguiente: están muy pendientes de cualquier asunto que circule por internet, lo hacen suyo, lo aderezan con su peculiar punto de vista y lo lanzan a los seguidores de su "comunidad". ¿Les interesa algo el tema? No. ¿Les interesa aclarar algo? No. ¿Qué les interesa? Atraer la atención, sumar clics en el contador de su web, perfil, muro, canal... Y para eso no hay arma más poderosa que la polémica. Y para que haya polémica tiene que haber provocación, posiciones extremas, discursos simples, forzamiento de la verdad aunque sea a costa de convertirla en mentira.

Viene todo esto a cuento de una "polémica" desatada estos días por dos "youtubers" sobre la campaña hecha en Fuentes de sensibilización y recogida de ayuda al pueblo ucraniano. Desde el desconocimiento y la simpleza, los dos ingredientes presentes en la inmensa mayoría de lo que circula por la red, se descalifica a los fontaniegos y fontaniegas. Si os tropezáis con ese enlace, no cliquéis para responderles. Es lo que buscan. Les da igual vuestra opinión. Para ellas, Fuentes es lo de menos, igual que la solidaridad o la guerra de Ucrania. Ayer fue Fuentes y hoy estarán provocando en otro sitio. Lo único que quieren son clics para engordar su cuenta de visitas, para subir en la escalera de su posicionamiento SEO y que eso les dé dinero. Lo mejor para responder a esas provocaciones es ignorarlas.

(En esta captura de pantalla de Google Analytics puede verse cómo miden al minuto las visitas de cualquier sitio de internet. La imagen es de los lectores que ha tenido este periódico el fin de semana. El sábado fueron 1.209 y el domingo 1.044).