Esta mañana oía en la radio cómo un grupo de intelectuales, entre ellos Serrat, Leonor Watling y Almodóvar, habían firmado un manifiesto en defensa de la cultura. Alarmado, he buscado más información. Los periódicos digitales, que estaba leyendo ya a las 8 de la mañana, con el silencio que a esas horas existe en el espacio y aún así he sentido escalofríos recorrer mi cuerpo aún cuando el termómetro comenzaba a subir poco a poco.

Conocí de primera mano que en algunos municipios donde gobierna el PP junto a Vox se ha vetado la puesta en escena de importantes obras de famosos dramaturgos como Virginia Woolf, Lope de Vega o Buzz Lightyear. En el pueblo madrileño de Valdemorillo, la obra Orlando, escrita por Virginia Woolf en 1928, uno de sus libros más reconocidos, novela que gira en torno a la homosexualidad, iba a representarse por la compañía Teatro Defondo.

Pero por orden de la concejala de Cultura, perteneciente al grupo municipal de Vox, se suspendía la obra por problemas presupuestarios, aunque en la comunicación telefónica con la compañía teatral se adujo como motivo principal que en la obra un hombre se convierte en mujer y esa escena la consideraban poco conveniente. Ante este hecho, la propia compañía ha enviado una misiva al alcalde, del PP, pidiéndole que reconozca públicamente y de forma clara que la suspensión es un claro caso de censura ideológica por parte de la concejalía de Cultura. De lo contrario, la compañía advertía que no representaría otra obra contratada, La Teatropedia, el 27 de octubre.

Otro caso de flagrante censura es la opinión de los representantes de Vox en Getafe, que han denunciado la representación de la comedia La villana de Getafe, de Lope de Vega, como parte de una reciente tradición por llevar el nombre de la villa. Esta obra, que pone de relieve las diferencias de clases sociales entre ricos y pobres y destaca la fuerza e importancia de las mujeres, ha sido censurada porque en la escena, en una interpretación de adaptación libre, el guionista hace aparecer sobre el escenario un falo y una vulva. Este grupo, aprovechando la ocasión, ha puesto el grito en el cielo y ha aprovechado para censurar una vez más el adoctrinamiento sexual de la izquierda, afirmando que es una perversión de la obra de Lope.

El tercer caso que quiero mostrar es el ocurrido en el pueblo cántabro de Santa Cruz de Bezana, en el que su alcaldesa ha eliminado de la programación del cine de verano, a iniciativa de la concejalía de Cultura, regida por un miembro de Vox, la película de animación Lightyear de Pixar Animatión Studios y Walt Disney Pictures porque en una escena dos mujeres se besan brevemente en la boca. Con esta postura el pueblo cántabro se sitúa a la altura de países tan libres como Irak, Egipto, Jordania, Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos, en los que no se permitió ni siquiera su estreno.

En Palma de Mallorca ha sido cancelada la obra NUA, Radiografía d’un trastorn, de Ann Perelló, que es un monólogo basado en la propia vida de la autora, dando a conocer un trastorno de alimentación que padeció desde los 14 a los 23 años, y en el que va conduciendo a la comprensión de las causas del problema al que muchas mujeres son empujadas por seguir los prototipos que nuestra sociedad les marca.

La sociedad que vivimos, basada en un patriarcado, conduce a las mujeres desde su adolescencia hacia estereotipos que para conseguirlos deben buscar el control de su propio cuerpo. La crudeza de la exposición de causas y consecuencias de los problemas de alimentación produce cierto rubor entre personas que quieren establecer cánones machistas y los lleva, en muchos casos, a no permitir que se expongan con toda crudeza.

Un episodio que ha trascendido las fronteras de la ciudad donde ocurrió fue el vivido por la cantante Rocío Sáiz, cuando en su actuación en la semana del Orgullo Gay en Murcia fue detenida por un policía por mostrar los pechos, como habitualmente hace en sus actuaciones al poner de manifiesto tanto sus reivindicaciones personales como las colectivas de libertad sexual con la interpretación de la canción “Como yo te amo”, amparándose en la Ley de Seguridad Ciudadana. ¿Dónde estaban las armas? ¿Cómo infringiría esta mujer la seguridad de los asistentes? Todo son meras justificaciones para perseguir las libertades y la cultura.

Ante estos hechos y muchos más que se van produciendo por toda la geografía española, un grupo de intelectuales, periodistas y profesionales del espectáculo, entre los que se encuentran Joan Manuel Serrat, Pedro Almodóvar, Andreu Buenafuente, Luis García Montero, Rozalén, Marwán, Aitana Sánchez-Gijón y Jesús Marañahan han firmado un manifiesto para defender las políticas progresistas y las libertades conseguidas con mucho esfuerzo para todos los españoles. También ha habido un acto este viernes en la Sala María Zambrano del Círculo de Bellas Artes de Madrid para reivindicar la libertad cultural a la que asistirán importantes personalidades del mundo cultural español.

Es hora de que miremos lo que está ocurriendo en muchos de los países de nuestro entorno y compañeros de nuestra Europa común: Hungría, Polonia, Italia y últimamente Finlandia, para comprender que todo lo alcanzado hasta la fecha podemos perderlo en un santiamén. Las libertades, los derechos individuales, nuestra cultura, nuestra libertad de pensamiento y acción, están en peligro. No podemos consentir que nos las arrebaten. No podemos permitir que nadie guíe nuestros pensamientos y nuestras acciones. No podemos aceptar que nadie nos dirija. No podemos volver a tiempos pasados donde algunos libros teníamos que leerlos a escondidas y en fotocopia, escuchar las ondas libres en el silencio de la noche y con la oreja pegada al aparato de radio o ir a Francia a ver películas que en nuestra España estaban prohibidas por escenas que ahora nos parecen ridículas.

Sed libres para pensar, decidid hasta para errar.