La calle de la Carrera,
rompiendo de en medio
Fuentes de Andalucía
Parece que ahora aparta,
De la una parte
La Capilla de la Aurora,
La más barroca grisalla
La vecina más antigua
La Reina y la Soberana.
La casa de Don Cipriano
Entre otras nobles casas
Con su portada tallada
De ladrillos recortados,
Su patio de trilobados
Arcos sobre columnas gallardas
Y su torre mirador
Que es la envidia por su traza.
Y detrás del mirador
otra veleta más alta
del Convento de San José
El que la merced fundara,
Y en el que Juan de Mesa,
El maestro imaginero,
Una obra suya entregara.
En la calle de la Carrera
Allá en la otra fachada
De la otra parte más casas
EL viejo casino artesano,
La Casa de la Carrera
Y hasta una plazuela
Donde reside una santa
Que a los enfermos hoy sana
A los abuelos ayuda
A los pobres remedió
Y a los que no tenían nada.
Sor Ángela de la Cruz,
en Fuentes de Andalucía
Sobre un franciscano convento
Un día fundase su casa.
A la plazuela de Santa María
Todos la llaman la plancha
Que su forma se asemeja
A las antiguas mudanzas…
Todos los edificios bellos
Se presentan la batalla,
Y a no estar en medio la calle
Pienso que escamuzaran
Pues para hablarse en las treguas
Hay una iglesia enclavada,
Sobre tres altos peldaños
Y las columnas de antaño
Con cadenas amarradas,
Por donde se pasean
Allá por Semana Santa
Las antiguas cofradías
y otras nuevas, tantas
Que este pueblo
Desde el Domingo de Ramos,
El llamado de las palmas,
A Sábado Santo no descansa.
Atrás quedaron los fastos,
Las comparsas y las máscaras
Del carnaval fontaniego,
Que en esta calle la farsa
Se hace música y charanga.
La calle Carrera arriba
Vazquez de Llera la llaman
Y frente a la Iglesia Santa,
Ruiz Florindo nos dejara
Otra maestría de las suyas,
Que sin habla nos dejara
Y las hermanas Sevilla
Al pueblo le regalaran.
La iglesia de Santa María
La de la Virgen más Blanca
Es tan suntuoso edificio
Que mientras las cigüeñas pasan
Hablan los muros por ellas
Los ladrillos, las guirnaldas,
Los azulejos vidriados
Del cobalto y del almagra
Que en los hornos se vidriaron
Como lozas de Triana.
Hablan los muros por ellas
De su pasado mudéjar
Y del barroco que plasma
Con las lenguas de su fama.
Desde la Torre vigía
Con su cuadrante solar
Que las horas señalaba
A quien sirve la campiña
De limpio espejo de plata,
Hasta esa famosa fuente
La de la Reina la llaman…
Que hasta el mismísimo
Cosme de Médicis
En su viaje a la Hispania,
Pidió que le dibujaran
La iglesia y el caserío,
Los conventos y la torre
Del Homenaje llamada,
La del castillo del Hierro
Final de la tierra calma.
Todo ello es la Carrera
De norte a sur orientada
Su nombre de cardo viene
en las ciudades romanas.
Vaya calle con más porte
Mucha enjundia y más galana.