Es digna de destacar la curiosa relación que existe últimamente entre el tamaño y la altura a la que los parásitos ondean la bandera y lo escondido que guardan el dinero. Mientras más alta ponen la rojigualda, tanto más hondas esconden sus fortunas a los ojos del fisco. Como si con el tamaño de la bandera intentasen tapar el oscuro origen de sus posesiones y el lugar donde las tienen. Si observas que llevan la bandera de España muy cerca, ten por seguro que el dinero lo guardan muy lejos. Suiza es lo más cerca. Si lo ha hecho la máxima jefatura del Estado, por qué no los otros parásitos que zumban de ahí para abajo.

Otra curiosidad destacable del parasitismo rampante es que su bandera se contagia, pero nunca lo hace el dinero que amasan. De un tiempo a esta parte, la banderitis galopante parece extenderse a mayor velocidad que la mismísima covid. A velocidad supersónica. En cambio, el dinero tiende a concentrarse casi a la misma velocidad. Otro fenómeno digno de estudio. A medida que crece la pandemia rojigualda, disminuye el reparto de la renta media de los españoles. A más bandera, menos repartida la riqueza.

¿Habrá alguna relación entre la proliferación de parásitos con bandera y la creciente pobreza que se observa por aquí de un tiempo a esta parte? El orden de los elementos de la anterior pregunta también puede ser planteado al revés. ¿No será que conforme aumenta la pobreza crece el número de parásitos con bandera? A ver si llegamos a la conclusión de que la bandera sirve no sólo para tapar el origen del dinero y el lugar donde se esconde, sino también para que no se vea demasiado que su acumulación se produce exclusivamente en algunas manos. La bandera viene a ser como la confesión de los pecados para los católicos. Defraudan a la hacienda pública durante la semana, pero el domingo sacan la bandera, proclaman su amor a la patria y todo resuelto. Absolución y a seguir pecando.

Llegados a este punto, tal vez sería conveniente que alguna universidad promoviera una tesis sobre la diversidad de usos que tiene la bandera de España. Sería un bombazo científico. Uno recuerda que en el pasado Franco la utilizaba contra los ingleses, la pérfida Albión, y contra los comunistas y masones. Ahora, en cambio, sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Que hurgan en las cuentas de los paraísos fiscales, bandera. Que el emérito tiene que huir del país porque lo han pillado con las manos en la masa, bandera. Que sube la luz, bandera. Que se dispara el precio del combustible, bandera. Que hay moros en la costa, bandera. Que feminismo, bandera. Que toros, bandera. Que hay cambio climático, bandera. Que no hay caza, bandera. Que hay sequía, bandera. Que no hay pan para tanto chorizo, bandera bandera bandera.