Hace unos días escuchaba a una persona de ideología de izquierda decir que Podemos, Unidas Podemos, las jóvenes con inquietudes en general, se habían centrado en el feminismo olvidando la verdadera lucha de clases y los derechos de los trabajadores. Me hubiese gustado exponerle a esa persona, a la que respeto y con la que en muchos aspectos estoy de acuerdo, aunque no era el lugar ni el momento, lo que es para mí el feminismo, lo que me han enseñado muchas compañeras sobre el feminismo.

El feminismo es una forma de vida, un ir contra el capitalismo que basa su riqueza y progreso en la explotación, adueñándose, entre otras muchas cosas, de la capacidad reproductiva de la mujer, poniéndola al servicio de la fuerza de trabajo. El feminismo lucha por la igualdad de todos los seres humanos que poblamos la Tierra. Pero una igualdad real, no en el papel ni leyes, sino en el día a día, en el apoyo mutuo, respetando la naturaleza y sus tiempos, cuidando el planeta que se nos muere a causa de ese mismo capitalismo que solo sabe tener más para más tener.

El feminismo es la revolución más importante que ha ocurrido en el siglo XX y sigue en el XXI. Una revolución incruenta para lo demás, no así para nosotras, que en nuestra lucha por la dignidad somos asesinadas porque el patriarcado estructural no permite que se le cuestione. Pero no nos van a parar. El tiempo, ese misterioso lugar dónde ocurre la historia, es implacable y nos está diciendo que no hay vuelta atrás.

El feminismo es uno y múltiple, entendiendo su multiplicidad como una forma de entender que hay que respetar los tiempos, circunstancias y deseos de las mujeres racializadas, pero no en el sentido de respetar las tradiciones patriarcales porque siempre ha sido así. No, nada ha sido siempre así porque sí. Se trata de acompañarlas en su liberación, pero no con nuestro eurocentrismo que nos ha llevado a creernos ser las y los mejores.

El feminismo es solidaridad, cuidados, acompañamiento, lucha por la igualdad de salarios, trabajos estables y dignos, por una sociedad donde puedas ir a donde quieras, vestir como quieras, ir con quien quiera y sentirte segura. El feminismo lucha por la verdadera libertad de ser y sentir la sexualidad y el cuerpo como cada cual desee. El cuerpo que durante tanto tiempo nos han arrebatado a las mujeres como instrumento reproductor. Tenemos claro que no podemos cambiar nuestra situación sin cambiar el sistema neocapitalista que nos utiliza, así que sin las feministas, sin las mujeres, ni cambio social ni lucha de clases, ni futuro.

Por todo ello soy feminista. Y porque incluso cuando sabía apenas nada del feminismo, hace mucho, sentía dentro de mí que algo andaba mal al ver cómo las mujeres de mi entorno sufrían en silencio sin darse cuenta de dónde estaba el problema, cuando no entendía por qué, al ser una niña, no podía hacer lo que a los niños se les permitía, ni por qué, ya joven, se criticaba a las que querían ser más libres, porque al final la búsqueda de un novio y el matrimonio era el fin verdadero de una mujer, por que tenía miedo de expresar ideas y pensamientos ajenos al interés que debería tener como mujer.