Hay hombres (y mujeres) que luchan un día y son buenos. Hay otros (y otras) que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles. La última parte del párrafo anterior, que pertenece al dramaturgo alemán Bertolt Brecht, puede aplicarse a Domingo Chacón, presidente de la asamblea comarcal de la Cruz Roja de Fuentes. Por eso este lunes va a ser nombrado hijo adoptivo de Fuentes. Comprometido, entregado, solidario, generoso Domingo. La Cruz Roja de Fuentes es Domingo desde que fue creada. Domingo será siempre la Cruz Roja de Fuentes. Gaditano de Benamahoma, este fontaniego es compasivo. Sufre con quien sufre, disfruta con quien disfruta.

Pregunta.- ¿Cómo ha cambiado Fuentes desde que empezaste con Cruz Roja?

Respuesta.- Como de la noche al día. En aquellos años en Fuentes no había de nada. Al principio tuvimos una ambulancia y un equipo de voluntarios que dábamos apoyo al único médico que atendía en Fuentes. En Cruz Roja éramos gente que habíamos recibido cursos de socorrismo y primeros auxilios, pero nada más, aunque nos teníamos que enfrentar a situaciones muy duras, especialmente por los muchísimos accidentes graves que ocurrían en la N-4. Teníamos asignado el tramo que va desde Las Cumbres de Carmona hasta Écija y desde el cruce hasta la carretera de Marchena hasta Écija.

P.- ¿Por qué la Cruz Roja?

R.- Desde muy joven tuve claro que quería ayudar a la gente, que debía contribuir a hacer un mundo mejor. Sentí que debía luchar por la humanidad. Tenía 25 años y miré a ver dónde podía ser más útil mi trabajo en favor de los demás. La Cruz Roja me pareció la institución con más posibilidades y medios, dentro de un mundo en el que faltaba de todo. Como en Fuentes no había organización, ingresé en la Cruz Roja de Écija y después en la de Lora. Luego pude crear la asamblea de Fuentes y, más tarde, convertirla en comarcal. Ahora desde aquí damos cobertura de seis pueblos: Fuentes, La Luisiana, El Campillo, La Campana, Cañada Rosal y Lantejuela.

P.- Cruz Roja era entonces una organización militar.

R.- Totalmente. Yo era civil, pero la estructura era militar y llegué a estar al mando de un pequeño ejército formado por unos 30 soldados. Dependíamos del ministerio de Defensa y en nuestra estructura hicieron la mili muchísimos fontaniegos. Muchos se apuntaban a la Cruz Roja un año antes de la mili porque sabían que después de los tres meses de campamento yo los iba a reclamar y que harían el resto de la mili en casa. Después vinieron los objetores de conciencia, que tenían que hacer el servicio social sustitutorio y, más tarde, los voluntarios. Ahora tenemos dos trabajadoras sociales y una administrativa en nómina y realizamos actividades programadas.

P.- ¿Cómo llega Domingo Chacón a Fuentes?

R.- Después de hacer la mili, mi tío me ofreció venirme de electricista a la fábrica de muebles Lamela. Yo venía de Benamahoma, donde me habían criado mis abuelos paternos y mis 14 tíos a raíz de que me quedara huérfano por la muerte de mi madre cuando yo tenía nueve meses. Mi padre emigró y me dejó al cuidado de su familia, carboneros muy humildes. Quizá ese origen tenga algo que ver con mi tendencia a sentirme al lado de los que padecen y esa voluntad de luchar por un mundo mejor.

P.- Algo mejor lo habrás hecho después de tantos años en Cruz Roja, ¿no?

R.- Por muchas causas, el mundo de ahora es mejor que el de entonces. La sanidad está cubierta y nosotros ahora nos dedicamos a problemas sociales. Cruz Roja dejó de ser militar y se convirtió en una ONG independiente. Desde entonces acudimos a atender las necesidades a las que no llegan los poderes públicos. Lo hacemos en una red que hemos creado con Cáritas y el ayuntamiento.

P.- ¿Muchos problemas sociales en Fuentes?

R.- No muchos, pero hay una treintena de familias que lo están pasando económicamente mal. Además, algunos mayores sufren sobre todo la soledad. A algunas familias tenemos que ayudarles a pagar la luz, el alquiler o la comida. Con lo que se gana aquí hay quienes no pueden hacer frente a todos los gastos de una familia, especialmente si el recibo de la luz sube. 150 o 200 euros al mes. Hay muchos mayores que con su pensión sostienen las familias de sus hijos y de sus nietos. Pero los mayores sufren ahora otra forma de pobreza, la falta de cariño.

P.- Hay quien dice que determinadas personas se aprovechan de la ayuda sin tener necesidad, sobre todo extranjeros.

R.- Sí, esa es la crítica que más se oye. Pero puedo asegurar que no es verdad. No son "aprovechados", como dicen algunos, sino familias que están pasando un bache y te puedo garantizar que el 95 por ciento de los que reciben ayuda son nacidos en Fuentes. Lo que pasa es que hay quien se deja guiar por sus propios prejuicios o que aprovechan eso para generar rechazo a los de fuera. Quienes dicen "se lo dan todo a los moros" o no saben lo que dicen o buscan incitar al rechazo del diferente. Pero Fuentes es un pueblo solidario y la mayoría apoya lo que hacemos.

P.- Si tuvieras una varita mágica, qué quitarías del mundo.

R.- La discriminación. Haría que todos pudieran comer. Porque tenemos recursos para que todos tengamos una vida digna. Aunque el mundo se divide en dos, los que tenemos sensibilidad social y los que no. Allá ellos si creen que deben estar por encima de los demás, pero lo mínimo que podrían hacer es no ponernos zancadillas a los que trabajamos por un mundo mejor. Si volviera a nacer, yo elegiría de nuevo ayudar al prójimo, aunque le haya tenido que quitar muchas horas a mi familia.