Cuatro gotas han caído este sábado, nada. Pocos en Fuentes se van a librar de las consecuencias negativas de la actual sequía. Los agricultores, los que más. Pero con ellos, todos o casi todos los sectores porque la agricultura es la locomotora que tira del conjunto de la economía local. El presidente de la cooperativa Nuestra Señora del Rosario, José Juan de Dios Caro, es pesimista sobre las consecuencias de la sequía en el campo. "El 80 por ciento de la cosecha de trigo está completamente perdida", asegura. Para pastos, si acaso. Muy afectados están los girasoles y lo único que podría salir medio qué son los garbanzos, aunque las matas muestran un desarrollo pobre y escasas en flores. Habrá que ver el calibre. Otro mal año. ¿Y van cuántos?

"Los gastos en semillas, tratamientos y gasoil, mucho mayores que antes de la guerra de Ucrania, se han hecho y no va a haber ingresos", añade. Lo único que puede ayudar a seguir adelante son los seguros, pero no todo el mundo los contrató porque son caros y las lluvias de diciembre, junto a los constantes anuncios de agua -que invariablemente luego iban quitando- engañaron a unos pocos que creyeron roto el maleficio de la sequía. A través de la cooperativa se han suscrito 240 pólizas, frente a las 40 de otros años. Muchos mayetes temían otro mal año e hicieron seguros. Pero eso no representa más que el 40 por ciento de los socios de la cooperativa, que agrupa a alrededor del 80 por ciento de los agricultores de Fuentes. El años pasado los seguros fueron un salvavidas.

Los seguros y las ayudas vuelven a ser la esperanza de los agricultores. Otra cosa no hay. Eso y que a última hora venga una buena racha de tormentas, algo improbable según las desprestigiadas predicciones. Los portales del tiempo se están cubriendo de gloria con eso de anunciar lluvia que van quitando conforme se acerca la fecha de la llegada de las nubes. No son pocos los que creen que detrás de esa práctica de anunciar agua para después quitarla hay oscuros intereses comerciales. Sea cierto o no, lo real es que nadie cree ya lo que dicen los del tiempo, aunque la apariencia mueve al pesimismo. Ni para la Semana Santa ni para la feria de Sevilla. Bueno, para la feria las cuatro han servido apenas para tirar al suelo casi todos los farolillos. Ni siquiera para la feria de Mairena, que nunca se había librado de unos buenos chaparrones.

Estamos en la peor primavera que se recuerda, precedida de un invierno calamitoso, al que no lo salvan los 210 litros caídos en Fuentes a lo largo de diciembre. El presidente de la cooperativa sostiene algo de esperanza para el girasol diciendo que "podría enmendarse algo su lloviera un poco en los próximos días". La esperanza nunca se pierde. No se siente capaz de calcular un volumen de pérdidas económicas, aunque será alto. No sólo por las cosechas ruinosas, sino también porque los costes de semillas, fitosanitarios, abonos y gasoil "han subido una barbaridad con la excusa de la guerra de Ucrania, pero los precios de los cereales, al contrario de lo que hicieron al principio de la invasión Rusa, no han subido".

Cuando para la agricultura, para todo lo demás. Lo primero, los recambios y los mecánicos. Después, la construcción y detrás va la hostelería, el comercio, la venta de coches... Fuentes es un pueblo básicamente agrícola y de servicios. Por lo tanto, la economía en su conjunto sufrirá la sequía. Lo dice el presidente de la cooperativa, que asegura que los agricultores están "muy desanimados con la situación". Apáticos y desconcertados ante un futuro incierto. Aunque la esperanza es lo último que se pierde.