Francisco Martínez vuelve a tocar el cielo de Fuentes y conserva otros cuatro años la manivela que mueve la política municipal. Y van 16 años ya, cuatro mandatos pasados y el quinto que empieza. Excepto el periodo 2011-2015, siempre con mayoría absoluta. En las cuestiones prácticas, todo apunta que la ciudadanía va a notar pocos cambios después de que mañana sábado, a las 13 horas, se constituya el ayuntamiento surgido de las elecciones del 28-M. La renovada mayoría absoluta conseguida por Nueva Izquierda supone la continuidad de unas políticas que han obtenido el respaldo del vecindario. Sin embargo, en política los matices cuentan mucho.

El matiz aquí es que la mayoría absoluta ha sufrido una notable poda, fruto de cierto descontento por lo hecho en estos cuatro últimos años. Descontento, pero menos de lo que querría la oposición y más de lo que querría Nueva Izquierda. Por lo tanto, habrá pocos cambios en la política municipal, dice la lógica. Pero en el ayuntamiento dicen que habrá cambios, que Nueva Izquierda ha tomado nota del mensaje del electorado. Que el cierto "tirón de oreja", por leve que haya sido, va a tener consecuencias en las formas de hacer. Hay autocrítica y eso en política, como en la vida, ayuda a crecer. Sólo los que se creen perfectos no rectifican jamás, aunque a su alrededor se hunda el mundo.

Buenas intenciones hay, como corresponde a todo inicio de etapa. Presupuesto para hacer política también hay. Alrededor de 25 millones a lo largo de cuatro años. Tirando por lo bajo. Más de 6 millones cada año, si no hay ingresos extraordinarios procedentes de las plantas solares. Mucha política, tanta como millones, para mejorar las condiciones de vida en el pueblo. Tiempo también hay, lo mismo que ideas y propuestas, dicen en los despachos. Esas son las grandes líneas que dibujan el arranque este sábado del nuevo ayuntamiento. En los plenos habrá siete votos a favor de las propuestas de Nueva Izquierda, el partido en el poder desde 2007. La lógica de la democracia, tan extraña en política, dice que habitualmente habrá seis votos en contra de las propuesta del grupo de gobierno. Es la ley del control democrático por parte de la oposición. Es bueno que así sea. Con esas mimbres se irá construyendo el devenir cotidiano de Fuentes.

El equipo de Gobierno tratará de luchar contra el avance del tiempo, que juega para el rival, y contra sus fantasmas interiores, que son principalmente la desesperante lentitud burocrática y la tendencia natural al ensimismamiento que aqueja al ejercicio de toda forma de poder. Tratará de convencer al vecindario, casi siempre sin conseguirlo, de lo difícil que es gobernar. De que el poder no lo puede todo, ni siquiera con mayoría absoluta. De que las instituciones en democracia tienen un corsé estrecho y rígido. Los controles administrativos necesarios. Leyes, reglamentos, plazos, expedientes, recursos, resistencias movidas por intereses, limitaciones presupuestarias, incapacidades propias... hacen que el poder acabe muchas veces haciendo lo que le dejan hacer, cuando le dejan y donde le dejan. A modo de ejemplo, cambiar una simple ordenanza municipal exige un trámite mínimo de año y medio.

A lo largo del pasado mandato, el equipo de gobierno ha sido víctima, en parte, de esa maquinaria municipal lenta y compleja hasta la desesperación que, con frecuencia, ha hecho que el trámite impere sobre la voluntad política. El cronómetro contra el deseo del pueblo. Cuántas veces lo urgente acaba prevaleciendo sobre lo importante. Esa es una de las críticas asumidas por el equipo de gobierno municipal. La gestión del día acaba desdibujado el horizonte que se persigue. Al contrario de lo que la ciudadanía cree, gobernar es tremendamente difícil, aunque sea un municipio de poco más de 7.000 habitantes.

Todo eso es verdad, pero también lo es que nadie ha obligado a ningún partido a presentar candidatos, así que habrá que explicar mejor las cosas y trabajar de noche y día. Sabiendo que no es fácil. La grandeza de la política consiste en hacer las utopías realidad. O acercarse todo lo posible a ellas. Respecto al trabajo incansable, pocos en Fuentes ponen en duda la dedicación del alcalde Francisco Martínez. Con aciertos y errores, pero sin descanso. Desde ahora, el alcalde dispone de siete votos para accionar la maquinaria municipal. Los siete mandan menos que los nueve del anterior periodo, pero son suficientes para que ninguna propuesta sea mandada al trastero por falta de apoyo político.

Francisco Martínez, Juan Romero, Mari Carmen Martín, Aguila Ramírez, Mari Carmen Ruiz, Luis Conde y Auxi Lora formarán mañana sábado el nuevo equipo de gobierno municipal. Francisco Martínez está casado y tiene un hijo. Llegó a la política muy joven y cuando termine este mandato llevará 20 años en puestos públicos, doce como alcalde y ocho como concejal. y en ella ha crecido como persona y como gestor. Empezó con 17 años en las Juventudes del PCE. Ha cursado tres años de Historia y dos de Ciencias Políticas y de la Administración. Tiene fama de cercano y dialogante, aunque en la última etapa del anterior mandato perdió algo de frescura, sin duda abrumado por la carga de la gestión. Nada es fácil de puertas para adentro.

Juan Romero ha entrado en el ayuntamiento con la fuerza del ciclón. De no estar a encaramarse en la segunda posición. Nuevo en estas lides, lo mismo que Águila Ramírez. Maestro por encima de todo, aunque ahora ejerza de asesor del CEP de Lora de Río. Maestro concejal. Maestro activista político en el seno del PCE. Maestro con plaza en el colegio Santo Tomás de Aquino. Maestro prestado a la política con pasaje de ida y vuelta en la docencia. Casado y con dos hijos. Lector, deportista y... maestro.

Mari Carmen Martín lleva media vida organizando, recibiendo, guardando el antedespacho del alcalde. No en balde ha estudiado secretariado, además de auxiliar de enfermería. Sin tradición política familiar, su madre es de Fuentes y su padre campanero. Medio chamuscá. Casada y madre de dos hijos. Tener dos hijos es la regla que iguala a gobierno y oposición. Excepto el alcalde y Aguila Ramírez, que están fuera de rango. Mari Carmen Martín es aficionada a la playa, a viajar, al deporte... En fin, a todo lo que apenas puede hacer desde que trabaja en el ayuntamiento.

Aguila Ramírez es la otra incorporación al nuevo equipo de gobierno, junto a Juan Romero. Está casada y tiene una hija. Diplomada en Relaciones Laborales, ha desempeñado su labor en un despacho profesional de Carmona. La entrada en el ayuntamiento es su primer paso en la política de primera línea. Su irrupción y la de Romero provocó un desplazamiento de candidatos que, unido a la pérdida de dos concejales, ha dejado fuera a Sara Fernández y Juan Antonio Campos. Su mayor afición es la costura, especialmente la confección de prendas infantiles.

Mari Carmen Ruiz repite mandato, antes como delegada de Fiestas. Como la otra Mari Carmen del grupo, ha estudiado secretariado y ejercido de esteticista. Sus orígenes políticos no están en el PCE, como la mayoría de sus compañeros de grupo, sino en el Partido Andalucista. Como su padre, Manuel Ruiz, que fue candidato del PA en 1999. La música flamenca y el baile son su pasión, donde hace sus pinitos.

Luis Conde es, con el alcalde y Auxi Lora, de los más veteranos del equipo municipal. Aunque no resultó elegido en la lista presentada por Nueva Izquierda en 2011, tres años más tarde entró de concejal en sustitución de Elena Rial. Hasta hoy. Nueve años hace que cambió la instalación de pladur por la política municipal, donde hasta ahora ha ejercido de delegado de Cultura. Está casado y tiene dos hijos. Tiene a medio camino obtener la licenciatura en Historia. Le gusta el deporte, el fútbol sobre todo, el cine y la música.

Auxi Lora cierra la lista de las elegidas, hasta ahora al frente de la delegación de Educación, Tráfico y Seguridad. Es técnica de Integración Social y empezó en la política en 2007 ejerciendo de secretaria del alcalde. En 2011 logró acta de concejala, que ha mantenido desde entonces excepto en el periodo 2015-2019, que dedicó a tener hijos (3) y a trabajos fuera de la política. Tiene el pedigrí político que supone ser nieta del histórico comunista Antonio el Bomba. La gusta la música, especialmente el rock no comercial.