Los niños son niños y deben ser niños. No adultos de pequeño tamaño. Y si son "zarvaje", que lo sean. Tiempo tendrán de abrazar las normas que les harán adultos. Con esa filosofía, Jesús Ruiz Tirado, niño que fue de Domingo el de los Once, se metió a dibujar la colección que desde esta mañana y hasta el día 30 cuelga de los muros del centro de interpretación del barroco de Fuentes. Estos dibujos son el fruto de un tiempo (de 2014 aquí) y de un estado de ánimo, asegura el autor. De la necesidad de emerger de una situación personal difícil y del empuje de sistematizar una actividad, el dibujo, que realiza desde la infancia.

La infancia es el núcleo de la colección que es posible ver en Fuentes. La infancia que todo adulto tuvo una vez. Si le dejaron tenerla, claro. Porque no a todos los niños se les deja serlo. Con excesiva frecuencia los padres proyectan en los hijos sus fantasías o frustraciones queriendo que ellos sean lo que nunca lograron ser. Hacen que los niños tengan mirada y actitudes de adultos. Padres que quieren un niño futbolista, torero o piloto de motos de éxito porque ellos vieron frustradas esas aspiraciones. Niños sin tiempo para ser "zarvaje".

Jesús Ruiz reivindica lo contrario. Que los adultos aprendan a mirar el mundo con los ojos del niño que fueron. Eso es lo que él hace por medio de estos dibujos. Reivindica la infancia transgresora que se mete en los verdes, callejea sin rumbo y juega a la pelota con cualquier cosa que ruede. Él lo hizo de pequeño y ahora contempla que eso se pierde atrapados los niños por los corsés de las actividades programadas, las tareas extraescolares, los juegos de salón. "En casa nunca hubo muchos juguetes de Reyes, pero siempre tuve papel y lápices de colores", recuerda el autor. Y los mismo que empezó a andar, empezó a pintar hasta llegar a estos "niños zarvaje" que ofrece desde hoy a los ojos de los fontaniegos y fontaniegas con el título de "Limón & tónica".

Una de las obras de la exposición
El artista, hoy en el centro de interpretación del barroco