Los grupos de trabajo que preparan la antigua escuela hogar del convento no descansan para que todo esté listo antes de la llegada de los refugiados que huyen de la guerra de Ucrania. No han parado ni un día, mañana y tarde. Por eso queda muy poco que hacer y va a sobrar tiempo para terminar antes de la llegada, prevista para la semana que viene. La limpieza y la pintura se han realizado en tiempo récord y esta mañana se ultiman los trabajos de montaje de algunos muebles. Queda que instalar dos lavadoras y poco más.

Los refugiados podrían alojarse ya mientras concluyen los trabajos. De hecho, esta mañana el alcalde ha puesto las instalaciones a disposición del Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) para cuando estime oportuno enviar a los primeros refugiados. El CEAR ha incluido de inmediato al centro de Fuentes en su lista de establecimientos disponibles. Esto significa que en cualquier momento, incluso esta misma semana, puede comunicar la llegada.

Hay dos salones completamente equipados con sofás, sillones y mesas camilla. Las veinticinco camas están completas, con su ropa sobre los colchones, las almohadas y toallas. Los aseos también están ya disponibles, como se puede ver en las fotografías que ilustran esta información. En las mesillas de noche aguardan a los inquilinos lámparas, cepillos y pastas de dientes, peines y pañuelos de papel. Los armarios de los baños disponen de gel, champú, desodorante... Hay pañales y cunas por si vienen bebés.

Las alacenas están surtidas de alimentos básicos y sobre las camas esperan ser usadas sábanas nuevas, colchas, mantas... Queda muy poco, dice Chari Muñoz, la coordinadora del equipo de voluntarias encargado de la limpieza y la pintura. Son unas treinta personas, casi todas mujeres, aunque también hay algunos hombres, como Cochova, que se ocupa en esta mañana de reparar la tapa del pozo para evitar accidentes. Hasta ahora los grupos de limpieza y montaje son los que se han dado la "pechá" de trabajar. Excelente trabajo y muy rápido.

El relevo lo tomará, cuando lleguen los refugiados, el grupo de "acompañamiento". La tarde de este lunes hubo reunión del equipo que prepara la acogida. En ella se decidió que la llegada sea discreta. Sobre todo, lo que importa es que descansen un estabilicen durante unos días. Y escucharles para conocer sus necesidades e inquietudes. Un pequeño grupo de cinco o seis personas se encargará de recibirlos y alojarlos.

Entre las personas que se encargue de dar la bienvenida a los refugiados estará Yulia, que habla ruso, vive en Fuentes desde hace 22 años y puede hacer de intérprete de los que lleguen. A la reunión de ayer tarde asistió Ina, una chica ucraniana natural de Mariúpol que ha sido acogida, con su hijo y su madre, en La Campana y que se ofrece a colaborar en el recibimiento de los que lleguen. Ina huyó de Mariúpol a pie el 25 de marzo y quiere ser útil en todo lo que haga falta a la hora de acoger a sus paisanos.

Este grupo de acompañamiento se hará cargo de mostrarles los servicios médicos que puedan necesitar, la incorporación de los niños a los colegios, los servicios sociales municipales y otros equipamientos. Entre los integrantes de este equipo hay también personas que hablan inglés por si algunos de los refugiados manejan ese idioma. Todo o casi todo está previsto y a punto. Y lo que falte, sobre la marcha se soluciona. La eficacia y la rapidez están más que demostradas en esta cascada de solidaridad que se ha puesto en marcha en Fuentes para ayudar a los refugiados ucranianos.