Revolucionó la enseñanza de Fuentes. El Maestro Vilches llegó aquí, a principios del siglo XIX, como un vendaval dispuesto a barrer ignorancia. Su nombre completo era Manuel Vilches Paradas, natural de Osuna y fontaniego de vocación. Innovador en la metodología, progresista de mente abierta, humanista, este maestro se convirtió pronto en un referente cultural indiscutible. Fue el maestro de Fuentes por excelencia, el intelectual más reconocido en una sociedad donde la intelectualidad brillaba por su ausencia.

No hay que echarle mucha imaginación para saber que, en aquellos años, la educación era en Fuentes, como en todo el país, un erial. La instrucción estaba reservada a unos pocos ricos, mientras la población naufragaba en un mar de analfabetismo. En ese marco aparece en Fuentes el Maestro Vilches, que llegó aquí después de haber ejercido el magisterio en varias localidades de la provincia, para quedarse hasta su muerte en 1901.

Como recoge Francis J. González en su libro Fuentes de Andalucía, una mirada al pasado, “con su pedagogía (el Maestro Vilches) revolución la enseñanza en Fuentes y si antes se hacía al dictado, el maestro Vilches la hacía con una presentación vívida y original; por lo que fue mirado con mucho recelo por los gobernantes municipales, que pensaban que, sin el texto literario delante, no se podía controlar de modo alguno la ideología de la enseñanza”.

Otro elemento para la inquietud de los poderes era que el maestro Vilches no reconocía más jerarquía social que la de las personas estudiadas y las no estudiadas. Por tanto, Vilches era un maestro progresista, aunque se cuidó mucho de intervenir en las luchas políticas de su tiempo. A su fallecimiento como consecuencia de una bronquitis, el 17 de marzo de 1901, había dejado en Fuentes un importante reguero de agradecidos alumnos.

Muchos de aquellos alumnos elevaron al ayuntamiento un escrito pidiendo que se le hiciera al Maestro Vilches un reconocimiento público inmortalizando su aportación a la enseñanza pública de Fuentes mediante la rotulación de una calle del municipio. Los avatares políticos retrasaron el cumplimiento de aquella demanda social, pero finalmente se le dio el nombre de calle Maestro Vilches a la que hasta entonces había sido la calle Arenal.