Dicen que el azul debe su hermosura a la melodía con la que los persas hablaban. Persas aduladores ("azuleadores") y fatuos, guerreros y lisonjeros, capaces de impregnar de música los colores. El azul persa de Fuentes, símbolo del poder, se forma mezclando un 85 por ciento de azul, un 9 por ciento de rojo, un 4 por ciento de blanco y un 2 por ciento de negro. Azul del cielo, suavidad, paz, calma, tranquilidad, profundidad y espiritualidad. Rojo del corazón, amor, pasión, deseo, fuego y furia. Blanco de la pureza, inocencia, juventud y perfección. Negro del misterio y la muerte, aunque también del estilo, la seriedad y la elegancia.

Dicen que el azul persa contiene música zalamera. Eso dicen, aunque lo que realmente sabemos, sin que nadie nos lo diga, es que sobre todos los azules de la tierra, uno especial deslumbra a los fontaniegos: el azul transparente de octubre, cristalino en el firmamento, rotundo, inmenso, inabarcable a los ojos embebecidos, estupefactos. El mismo azul del cielo del mes de la Virgen del Rosario, patrona de Fuentes, defensora o protectora de los fontaniegos. El día de la Virgen del Rosario, el 7 de octubre, se acerca a pasos agigantados, fecha que marca la entrada de la suavidad en el tiempo y momento de dejar atrás los rigores del verano y adentrarse en la calidez del otoño, antesala de la mesa camilla y las castañas pilongas.

Octubre está marcado a fuego en la piel inocente de la adolescencia fontaniega. Tiempo de devoción "rosariera", mitad misterio, mitad miedo, magia y confesionario. Dos Avemarías y un Padre Nuestro contra la tentación de los tocamientos impuros. Azul de verano azul tardío en dos pueblos de tradición mariana compartida, Fuentes y Marchena, Marchena y Fuentes. Rosario de la Aurora y Virgen del Rosario. Aunque no es sabida con exactitud la fecha de la concesión del patronazgo a la Santísima Virgen del Rosario, los fontaniegos sabemos de la presencia de esta devoción en la localidad desde al menos el siglo XVI. La talla es una obra anónima, posiblemente del siglo XVIII. Debido a su gran paralelismo con la sevillana Virgen del Rosario de los Humeros, se puede considerar que es obra de Jerónimo Roldán, aunque la autoría de esta imagen también plantea serios interrogantes.

La procesión de la Virgen del Rosario tendrá lugar este domingo, 9 de octubre, después de misa de 10. Aproximadamente a las 11 de la mañana, la Virgen recorrerá las calles de Fuentes. En la procesión habrá un cortejo formado por hermanos portando varas y el estandarte corporativo, mujeres ataviadas de mantilla, monaguillos acompañados en el cortejo la representación de las diferentes hermandades de penitencia y gloria. En los años anteriores el rezo del rosario tenía lugar el primer día del mes de octubre, en el cual el estandarte de la hermandad recorría diferentes calles de nuestro pueblo. Este año se ha optado por realizar el santo rosario el mismo día de la festividad de la Virgen, 7 de octubre, día que que la Virgen estará en veneración a los pies del altar.

El recorrido irá por el centro del municipio, con la salida de la procesión a las 11 de la mañana desde el templo parroquial por Fernando de Llera y Díaz, Carrera, San Miguel, Cruz, Estrella, Huerta, Lora del Río, San Sebastián, Plaza Santa María la Blanca y de nuevo Fernando de Llera y Díaz. La entrada al templo será sobre la una de la tarde. Poner una imagen en la calle lleva detrás mucho trabajo callado: exorno floral, ceras, costaleros, seguros, inciensos, banda. El grupo recibe una subvención económica y el acompañamiento musical de la banda, costeado por el ayuntamiento. El resto de los ingresos los generan los hermanos con la venta de pulseras, balconeras, lotería de navidad, donativos... La banda de música de Fuentes será la encargada de poner los sones musicales en la procesión de nuestra señora del Rosario.

La hermandad cuenta actualmente con unos 75 hermanos, gracias a la labor incansable de Obdulia Fernández Gabella. Existe un grupo parroquial del Rosario. El año pasado, el párroco unificó los dos patrones de la villa, San Sebastián y la Virgen del Rosario, formando un grupo de personas que trabaja para rendirles culto. Los hermanos pagan una cuota de cinco euros, que sirven para costear los gastos de los actos y cultos. La cuadrilla de costaleros está comandada por José Naranjo (Pepe Retamero) y cuenta con 30 o 35 portadores. Cuenta el paso con costaleros de relevo que hacen más llevadera la procesión. En cuanto al exorno floral del paso, José María Cuenca, junto a miembros del grupo parroquial, es el encargado de preparar el paso, las andas y el altar. Nuestra Señora del Rosario, como San Sebastián, tiene su sede en la parroquia Santa María la Blanca. Actualmente cuenta con unos 75 hermanos.

Pintura que representa el rosario de la aurora

A octubre se le llamaba antes en Fuentes el mes del Rosario porque había rezo del rosario todos los domingos. La Virgen era sacada en procesión un domingo de la parroquia para oír misa en las hermanas. El domingo siguiente salía de las hermanas para oír la misa en la Aurora. Y así los cuatro domingos de octubre. Los vecinos más antiguos de Fuentes recuerdan que a rezar el rosario se iba con velas. Con una vela había que ir al señor del Calvario. El último cura que sacó el rezo del rosario a la calle fue Don Ramón.

Ningún otro color de la tierra tiene la luz del azul fontaniego. Puede que se le acerque el amarillo del sol con su fulgor que irisa la piel, que tanto fulge y crece. Sol de mediodía, de tarde otoñal, inclemente en agosto, que quema y ciega... Pero qué va, nada hay semejante al azul fontaniego. Transparente, remonta el espíritu, tensando alas propiciatorias de adolescentes enamorados. En nuestra infancia, con la Virgen del Rosario llegaba la vuelta al colegio, el comienzo del curso escolar del BUP, cuando con el primer año del instituto empezabas a ser hombre. Eso nos decían, hombrecitos que en breve, con el despuntar de los granos del acné en la barbilla, deberían ir pensando en echarse novia. Eso nos decían en casa con un punto de ironía y otro de picardía en la mirada.