Menos comensales que otros años, pero con las mismas ganas de diversión y de juntarse para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. La mitad que otras veces, más o menos. Unas quinientas mujeres y niñas han compartido este domingo mesa y ganas de igualdad. Esta vez, como en 2018, en la caseta municipal por temor a la lluvia. Otro signo de "normalidad" después de dos años sin este almuerzo por la pandemia. Antes de la covid participaban unas mil, según el dato aportado por la delegada de Igualdad, Sara Fernández.

En el menú, chacinas, revuelto campero, potaje, tarta y café. Y a los postres, música y baile. Así reivindican las mujeres de Fuentes su derecho a la igualdad. Así y juntándose todos los años para mostrar que ellas también cuentan. Que tienen tanto arte o más que los hombres. Eso dice Carmela, una de las asiduas en esta celebración. Otra añade que ella le dice muchas veces al cabo del año a su marido que vale más que él como de aquí a Lima. Voces de afirmación feminista, de proclama justiciera.

Son más de veinte años pidiéndola y la igualdad que no llega. Va viniendo, pero no acaba de llegar. Será que hay quien tira de la cuerda en sentido contrario. Hay quien dice, fuera de la caseta de la feria, que la igualdad ya está aquí. Pero dentro se oyen voces discrepantes. Ojalá fuera cierto, responden ellas. Tienen su día, pero ellos tienen el resto del año. Falta hace una presidenta del gobierno y una alcaldesa. Ya tienen delegada de Igualdad y asignación presupuestaria para celebrar este almuerzo del Día de la Mujer. La igualdad formal, frente a a la igualdad real. La igualdad es la bandera. Ellas valen como el que más. O más.