El hogar del pensionista no ha cerrado hoy a las dos de la tarde como hace cada día. El grupo de vecinos que desde hace meses reclama cambios en su funcionamiento ha decidido quedarse dentro para evitar su cierre a la hora habitual. ¿Ocupas? ¿Encierro indefinido? No, de momento no se cierra. Mañana ya se verá. (Por la tarde abandonaron el encierro, aunque anunciaron que repetirán la protesta un día a la semana).

El colectivo ha pasado de concentrarse frente a la puerta todas las tardes de 17 a 18:30 a meterse dentro para evitar su cierre. Lo hace la semana que el ayuntamiento tiene previsto iniciar las obras de mejoras en el edificio. El encierro pretende aumentar la presión ante la ausencia de respuesta por parte del ayuntamiento a la demanda de ampliación de las actividades sociales y los servicios del hogar del pensionista. El colectivo que promueve la protesta aumenta la presión y el ayuntamiento intenta que las obras abran un largo paréntesis que sirva para desactivar el conflicto. Las obras, con un coste de unos 50.000 euros, podrían durar de tres a cuatro meses, tiempo más que suficiente para desmovilizar la demanda de mejoras.

El ayuntamiento quiere aprovechar también ese tiempo para modificar el reglamento del hogar y darle forma a una mueva programación de contenidos que deje sin argumentos a los que promueven la protesta. El alcalde, Francisco Martínez, ha pedido a quienes quieren la apertura de tarde que presenten una propuesta de actividades, cosa que ha ocurrido esta semana pasada. La propuesta incluye actividades de estimulación cognitiva tales como juegos de cartas, dominó, sudoku, sopa de letras, ganchillo, costura, técnicas de relajación, charlas y debates.