La estrella fugaz que atravesó el cielo del Paseíto de la Arena fue una premonición de lo que la noche iba a regalar al público. Poco a poco las historias de amores desgraciados, de pasiones incontroladas fueron desgranándose con el castillo del Hierro por testigo. Las voces privilegiadas de Manoli González, Antonio Díaz, Mari Tere Moreno y Diego González brindaron a los asistentes un caudal de sensaciones, de sentimientos enraizados muy dentro de la cultura andaluza, de la forma de entender ese arte inmortal que es la copla.

De pronto, en la noche de Fuentes se desplegó un universo de amantes despechadas, de gitanos honrados y guapos, de desgraciadas que eligen el dinero a los amores verdaderos, ¡ay el patriarcado!, de la alegría y desamores de los pasodobles. Todas las pasiones bajo las palmeras y el cielo de junio. Y fue posible gracias a la generosidad de las voces de Manoli, Antonio, Mari Tere y Diego, unidas a  la banda de música de Fuentes, que cada día se supera, dentro de la programación cultural del ayuntamiento para este verano.

Magia y arte bajo las estrellas, un regusto de tiempos pasados de radio y copla, de madres y abuelas que cantaban mientras hacían las faenas de la casa, de infancia de pan y una jícara de chocolate para merendar. Qué duda cabe que a la copla le pega más el nombre romántico de Paseíto la Arena, o incluso castillo del Hierro, que plaza de España. Paseíto la Arena, pasodoble y sentimiento, noche de verano bajo las estrellas. Coplas fugaces, estrellas quietas, Fuentes de pasiones.